La disculpa de Benedicto XVI tras conocerse el informe de abusos en la diócesis de Múnich es para su secretario, Georg Gänswein, una especie de “testamento espiritual”. El escrito, señala en una entrevista para el ‘Corriere della Sera’ que el escrito es “la imagen de su pensamiento, de sus sentimientos, de su sinceridad moral e intelectual. Mientras lo escribía, pensaba en las víctimas de los abusos. Y frente a él, frente a sus ojos, tenía a Dios mismo. Verás, un hombre puede engañar a otras personas, pero no puedes engañar a Dios”.
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El secretario ha confirmado, durante una entrevista en el principal informativo de la Rai 1, que el papa Francisco ha enviado un mensaje de apoyo a Ratzinger. “Ha llegado una carta muy hermosa del papa Francisco a Benedicto XVI, una carta en la que habla como pastor, habla como hermano y habla también como una persona que ha vuelto a expresar su plena confianza, su pleno apoyo y también su oración”, ha señalado Gänswein.
“Quien lea la carta con sinceridad, tal como fue escrita, no puede compartir estas críticas o acusaciones. Pide perdón a todas las víctimas de abusos”, ha reiterado el arzobispo alemán.
Destruir un legado
Gänswein lamenta “tanta agresión dirigida a destruir su persona”, cuando el papa emérito solo “respondió con Dios en los ojos”. El arzobispo denuncia que ha habido “momentos caracterizados por una combinación de incomprensión y agresión, que se acumulaba sobre él y tenía como objetivo debilitar, destruir la persona de Benedicto XVI”, ha señalado en uno de sus libros.
El secretario destaca que en estos momentos a Benedicto XVI “su debilidad física no le resta presencia espiritual e intelectual”. Y por ello, añade, “los que le conocen saben que la acusación de mentir es absurda. Hay que distinguir entre cometer un error y mentir”. “Los que han estado cerca de él saben bien lo que ha dicho y hecho Joseph Ratzinger-Benedicto XVI sobre todo el tema de la pederastia. Fue el primero en actuar como cardenal y luego continuó la línea de transparencia como Papa”, destacó.
El prelado denuncia que existe “una corriente que realmente quiere destruir su persona y su obra. Nunca han amado su persona, su teología, su pontificado. Y ahora hay una oportunidad ideal para llegar a un acuerdo, como buscar una damnatio memoriae”. “Muchos lamentablemente se dejan engañar por este cobarde ataque, hay mucho barro. Una cosa triste”, señala. Y aclara que “el análisis de los hechos, junto con la carta, da una respuesta muy clara: sí, hay un pequeño equipo de personas cualificadas ayudando a Benedicto, hubo este error y lamentablemente ninguno se dio cuenta. Fue claramente un error editorial, no intencionado, y Benedicto lo lamentó mucho. Pero el hecho es que un error y una mentira son dos cosas diferentes. Y la sustancia no cambia. Los propios autores del informe respondieron que no había ‘pruebas’. No puede ser”. Ahora, confiesa Gänswein, “Benedicto XVI espera que la carta sea leída con esa sinceridad de intelecto y de corazón con la que fue escrita, la mirada puesta en el Señor”.