Un signo de esperanza tras la pandemia. De esta manera ve el papa Francisco el próximo Jubileo de 2025, y así lo ha expresado en una carta enviada a Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización.
- PODCAST: Las víctimas de abusos, en el centro
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
“El Jubileo ha sido siempre un acontecimiento de gran importancia espiritual, eclesial y social en la vida de la Iglesia”, ha escrito el Papa. “Desde que Bonifacio VIII instituyó el primer Año Santo en 1300, el pueblo fiel de Dios ha vivido esta celebración como un don especial de gracia, caracterizado por el perdón de los pecados y, en particular, por la indulgencia, expresión plena de la misericordia de Dios”, ha recordado.
De esta manera, en la celebración de estos primeros veinticinco años del siglo XXI, “estamos llamados a poner en marcha una preparación que permita al pueblo cristiano vivir el Año Santo en todo su significado pastoral”. En este sentido, Francisco ha subrayado que “una etapa importante ha sido el Jubileo Extraordinario de la Misericordia, que nos ha permitido redescubrir toda la fuerza y la ternura del amor misericordioso del Padre, para que a su vez podamos ser sus testigos”.
Dimensión espiritual y social
“En los dos últimos años”, continúa Francisco, “no ha habido país que no haya sido afectado por la inesperada pandemia que, además de hacernos ver el drama de morir en soledad, la incertidumbre y la fugacidad de la existencia, ha cambiado también nuestro estilo de vida”.
“Confiamos plenamente en que la pandemia pueda ser superada y el mundo recupere sus ritmos de relaciones personales y de vida social”, ha aseverado, y ha insistido en que “esto será más fácil de alcanzar en la medida en que se actúe de forma solidaria, para que las poblaciones más desfavorecidas no queden desatendidas, sino que se pueda compartir con todos los descubrimientos de la ciencia y los medicamentos necesarios”.
Ante esta situación, el Papa ha mostrado su confianza en que “el próximo Jubileo puede ayudar mucho a restablecer un clima de esperanza y confianza, como signo de un nuevo renacimiento que todos percibimos como urgente”. Fue, por esta razón, además, por la que eligió el lema ‘Peregrinos de la Esperanza’. “Todo esto será posible si somos capaces de recuperar el sentido de la fraternidad universal, si no cerramos los ojos ante la tragedia de la pobreza galopante que impide a millones de hombres, mujeres, jóvenes y niños vivir de manera humanamente digna”, ha afirmado. “Ojalá que las voces de los pobres sean escuchadas en este tiempo de preparación al Jubileo que, según el mandato bíblico, devuelve a cada uno el acceso a los frutos de la tierra”.
De esta manera, el Papa ha hecho hincapié en que “la dimensión espiritual del Jubileo, que nos invita a la conversión, debe unirse a estos aspectos fundamentales de la vida social para formar un conjunto coherente”.