El cardenal arzobispo de Barcelona ha escrito una carta tras la muerte, hoy, del obispo auxiliar
“Con inmenso dolor os comunico que nuestro querido obispo auxiliar, Mons. Antoni Vadell Ferrer nos ha dejado, ha ido a la casa del Padre”. Así comenzaba la carta con la que el cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, comunicaba el fallecimiento del obispo auxiliar Antoni Vadell.
“La medicina, los médicos y el personal sanitario han hecho lo que estaba a su alcance, pero no han podido hacer más”, continua el también presidente de la Conferencia Episcopal Española. “Todos nosotros, pueblo santo de Dios, hemos rezado y seguido de cerca su evolución y nos duele su marcha tan rápida y casi sin podernos despedir de él”.
En su escrito, Omella ha confiado a Vadell “a las manos amorosas de la Virgen María bajo las advocaciones tan queridas para él como la de la Mercè, Montserrat y la Virgen de Lluc”. “Pedimos y confiamos que desde la casa del Padre nos ayude en la tarea evangelizadora que con tanta ilusión llevaba en su corazón de pastor”, añade.
Asimismo, Omella ha recordado a la madre del obispo auxiliar, Antonia, a su hermano Joan y demás
familiares “así como a las personas que le han atendido con tanta entrega en este tiempo de enfermedad”. “Querido hermano Antonio, descansa en Paz”, finaliza. “Tennos presentes en tu corazón de hermano y amigo porque nosotros te llevamos en el nuestro. Que Cristo resucitado te dé la vida para siempre”.
Antoni Vadell i Ferrer, obispo auxiliar de Barcelona y vicario general, ha muerto hoy a las seis de la mañana, víctima de un cáncer de páncreas que le fue diagnosticado el pasado julio.
Su fallecimiento, a los 49 años, ha tenido lugar el 12 de febrero, fiesta de Santa Eulalia, patrona de la ciudad. Tal y como informa el Arzobispado de Barcelona en un comunicado, las exequias se celebraran en la capital catalana y los posteriores actos cultuales tendrán lugar en Mallorca.