Ocho entidades diversas, varias de ellas católicas, unen sus fuerzas para dar vida a un comité con el que pretenden presionar a la Conferencia Episcopal local para que “investigue la plaga” de la pederastia eclesial
Ocho asociaciones italianas, entre ellas varias católicas, han decidido unir fuerzas para dar vida a un comité contra los abusos sexuales a menores cometidos en la Iglesia católica, con el que pretenden presionar a la Conferencia Episcopal Italiana (CEI) para que actúe “con decisión” frente a esta lacra. Esta red de entidades presentaron este martes su nuevo organismo, que contará con una base de datos para documentar los casos de pederastia eclesial acaecidos en Italia y que estará coordinado por la asociación Rete L’Abuso y la revista Left.
“Ha llegado la hora de que también en Italia, como en otros países del mundo, se intervenga con decisión para investigar sobre la plaga de los abusos dentro de la Iglesia católica. Tienen derecho las víctimas, sus familiares, todos los miembros de la comunidad cristiana y todos los ciudadanos y ciudadanas”, explicaron en una nota conjunta este grupo de asociaciones, formado por: Observatorio Interreligioso sobre la Violencia contra las Mujeres, Mujeres por la Iglesia, Voices of Faith, Rete L’Abuso, Comité de la Jupe, Comité Víctimas y Familias, Somos Iglesia y Left.
El nuevo comité se presenta como un “instrumento de presión sobre las instituciones” para que se arroje luz sobre los abusos y se dé voz a las víctimas, “operando a su lado con justicia”. A diferencia de lo ocurrido en otros países, como Francia, Irlanda o Alemania, la Iglesia italiana de momento no ha puesto en marcha una comisión para investigar de manera independiente la lacra de la pedofilia eclesial. Dentro de la CEI, de hecho, existen distintas sensibilidades sobre cómo debe afrontarse este problema.
Las víctimas, por su parte, no se fían de la capacidad de la jerarquía eclesiástica de responder por su cuenta al drama de los abusos. “La Iglesia católica no es capaz de gestionarlos”, denunció en la presentación del comité Cristina Balestri, madre de una víctima que se declara católica practicante. “Lo hemos sufrido en nuestra piel. Nuestro párroco cuando le informamos de lo que había pasado nos dijo que no escupiéramos en el plato de donde comemos. Pero nosotros lo que queremos es quitar el vómito que estamos oliendo”.
Marzia Benazzi, del Observatorio Interreligioso sobre la Violencia contra las Mujeres, consideró por su parte que los abusos, ya sean contra las mujeres, las religiosas o los niños, parten de una “visión sexista y patriarcal dominante” dentro de la Iglesia católica. “Hay un sexo que por el hecho de ser sagrado se permite actuar de este modo”, aseguró Benazzi, reconociendo que será duro “abatir el muro del silencio” con el que durante décadas se ha afrontado este problema.