El Papa avanza en la descentralización de la Iglesia: transfiere competencias a los obispos hasta ahora reservadas al Vaticano

Francisco modifica el Código de Derecho Canónico para que las Iglesias locales puedan gestionar los seminarios, la formación de sacerdotes o redactar los catecismos sin aprobación de la Santa Sede

El Papa avanza en la descentralización de la Iglesia: transfiere competencias a los obispos hasta

El papa Francisco continúa su proceso de descentralización de la Iglesia. Con un motu proprio, el pontífice modifica el Código de Derecho Canónico para transferir competencias a los obispos hasta ahora reservadas a la Santa Sede.



Las Iglesias locales podrán ahora gestionar los seminarios, la formación de sacerdotes –los obispos pueden adaptar la ‘ratio fundamentalis’ “a las necesidades pastorales de cada región o provincia”– o redactar los catecismos, entre otras, sin “aprobación” del Vaticano, pues solo les hará falta una “confirmación”. Asimismo, ahora también podrán decidir sobre posibles reducciones en el número de misas a celebrar con respecto a las intenciones.

Por otro lado, y en lo que respecta a la Vida Religiosa, el Papa aumenta de 3 a 5 años la autorización a un religioso para exclaustrarse; es decir, para permanecer fuera de la comunidad durante un tiempo determinado. En relación con los sacerdotes, ahora podrán incardinarse también en una “asociación pública clerical”, ahora solo era posible a una diócesis o congregación.

Una “sana descentralización”

El objetivo de Jorge Mario Bergoglio, como se recoge en la misma introducción del motu proprio, es fomentar una “sana descentralización” que dinamice las decisiones en el ámbito eclesial. Así, el documento papal reconoce que “teniendo en cuenta la cultura eclesial y la mentalidad jurídica propia de cada Código, conveniente modificar la legislación vigente hasta ahora sobre algunas materias específicas, atribuyéndoles las respectivas competencias”.

Del mismo modo, insiste en que busca “fomentar el sentido de colegialidad y responsabilidad pastoral de los obispos, ya sean diocesanos/episcopales o unidos en conferencias episcopales o según las estructuras jerárquicas orientales, así como de los superiores mayores”, y “apoyar los principios de racionalidad, eficacia y eficiencia”.

Además, “estos cambios normativos reflejan aún más la universalidad compartida y plural de la Iglesia, que incluye las diferencias sin homologarlas, con la garantía, en cuanto a la unidad, del ministerio del Obispo de Roma”, detalla Bergoglio.

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