Concluyendo con su ciclo de catequesis sobre san José, invita a los fieles a custodiar a “toda persona que tenga hambre y sed, todo extranjero, toda persona sin ropa, todo enfermo, todo preso”
El papa Francisco concluyó durante la audiencia general que presidió este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano ante unos 2.000 fieles y peregrinos su ciclo de catequesis sobre la figura de san José. Centrándose en el significado del padre putativo de Cristo como “patrón de la Iglesia”, el Pontífice destacó que tenía la tarea “de proteger a Jesús y a María”. “Él es su principal custodio”, dijo, para invitar más adelante a los cristianos a seguir su ejemplo para “custodiar la fe”, así como la “vida, el desarrollo, la mente y el trabajo humano”.
Después de recordar que el hijo de Dios llegó al mundo “en una condición de gran debilidad”, Francisco subrayó que “toda persona que tenga hambre y sed, todo extranjero, toda persona sin ropa, todo enfermo, todo preso es el ‘Niño’ que José custodia”. Por eso instó a los fieles a proteger a esas personas. “Debemos aprender de José a ‘custodiar’ estos bienes: amar al Niño y a su madre; amar los Sacramentos y al pueblo de Dios; amar a los pobres y nuestra parroquia”
El Papa continuó con su catequesis con un significativo reconocimiento, el de que “vivimos en una época en la que es común criticar a la Iglesia, subrayar las incoherencias, que son muchas, los pecados, que en realidad son nuestras incoherencias, nuestros pecados”. Desde siempre, insistió, la comunidad cristiana ha sido “un pueblo de pecadores que encuentra la misericordia de Dios”.
Los fieles deben preguntarse si aman a la Iglesia “como es”, con “sus límites” pero también con “muchas ganas de servir y amar a Dios”. Es precisamente el amor a la Iglesia lo que lleva a “decir plenamente la verdad”, reconociendo así “lo que está mal, pero también todo el bien y la santidad que están presentes en ella, a partir precisamente de Jesús y de María”. Tras invitar una vez más a los cristianos a “amar, custodiar y caminar” con la Iglesia, el Pontífice la describió “no como el grupito que está cerca del cura que manda todo, sino que somos todos en camino, custodiándonos los unos a los otros”.
En sus saludos a los fieles y peregrinos presentes en el Aula Pablo VI al final de la catequesis, Jorge Mario Bergoglio recordó al sacerdote Richard Masivi Kasereka, asesinado el pasado 2 de febrero en la República Democrática del Congo en una zona donde opera un grupo islamista radical. El asesinato tuvo lugar después de que celebrara la misa de la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. “Que la muerte del Padre Richard, víctima de una violencia injustificable y despreciable, no desanime a sus familiares, a los miembros de su familia religiosa y a toda la comunidad cristiana de aquella nación para ser anunciadores y testigos de la bondad y fraternidad”, concluyó el Papa.