El obispo de Vitoria-Gasteiz, Juan Carlos Elizalde, ha mostrado su apoyo a afrontar “con radicalidad” el problema de los abusos sexuales a menores en el seno de la Iglesia católica. De esta manera, en su última carta pastoral, Elizalde apoya las investigaciones judiciales a esta “lacra que afecta a toda la Humanidad”.
- PODCAST: El grito de las víctimas de abuso
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El obispo ha mostrado el apoyo de la Diócesis de Vitoria “a explorar la vía de acompañamiento y restauración” que ofrece la vía de las oficinas creadas por las diócesis de escucha y acompañamiento, pero también “al camino judicial de investigación con la colaboración de la Iglesia”.
“Es el poder judicial quien debe investigar y sentenciar ante un delito”, ha afirmado, y ha señalado, asimismo, que “la propuesta de que el Defensor del Pueblo sea quien, como figura independiente y autónoma, dirija la redacción de un informe con una comisión de expertos independientes y representantes de la Iglesia, podría ser una medida más de transparencia y justicia”.
“Jamás tuvo que haber pasado”
Elizalde ha subrayado que “informes rigurosos e independientes” indican que “el lugar donde más ocurren” este tipo de abusos es “en el seno de la familia”. Sin embargo, reconoce que “basta un solo caso de abuso a un menor en la Iglesia para afrontar esta situación con radicalidad”.
“Jamás tuvo que haberse dado nada parecido”, ha lamentado el prelado. “Esas personas que han aprovechado su posición en la Iglesia para cometer estos crímenes nunca debieron haber ostentado ninguna responsabilidad pastoral, y mucho menos con menores”, ha aseverado en la carta.
El prelado ha confesado que cada uno de estos casos “entristecen profundamente” a la comunidad eclesiástica, pero también “animan a estar atentos ante cualquier señal de sospecha ahora y en el futuro”. Asimismo, ha mostrado su “cercanía y apoyo”, en nombre de toda la Diócesis de Vitoria, a las víctimas de abusos “que haya podido haber tanto dentro de nuestro territorio, como en cualquier parte del mundo”, y ha expresado su “rechazo y aborrecimiento” ante los abusos.
“La Iglesia es y seguirá siendo un lugar seguro para personas de cualquier edad y condición”, ha subrayado, añadiendo que para la Iglesia es una “prioridad estar junto a las personas que sufren”, y más “si son personas de Iglesia la causa de ese sufrimiento”.
Acompañamiento y prevención
“La Iglesia no se muestra silenciosa ni dividida, sino que afronta este problema, y lo hace sabiendo que el bien de las víctimas es la prioridad”, ha asegurado. Y, en cuanto a la Diócesis de Vitoria “está trabajando para que haya un sólido y firme compromiso” con el fin de que estas situaciones “no se repitan”.
Por otro lado, Elizalde ha asegurado que desde la Iglesia no se van a “escatimar esfuerzos” en acabar con este problema y en acompañar a las personas “que sufrieron estos atroces hechos en su niñez, hayan o no prescrito por la vía civil o haya fallecido el abusador”. Además, indica que desde la Iglesia “acogerá a toda víctima con independencia de quien haya sido el agresor, pues la víctima tiene valor en sí misma, un valor infinito”.
El obispo asegura que la Iglesia “quiere caminar en la verdad, por muy incomoda que ésta sea, unas veces para unos y otras para otros”. “Decir la verdad, como ejercicio de transparencia y honradez, es una forma más de estar junto a las víctimas y demostrarles que no hay ocultación ni silencio ante lo que les sucedió”, añade en la carta pastoral.
“Pese a que todos hemos llegado tarde”, ha concluido, “lo más importante es que aún estamos a tiempo para lograr justicia, reparación, acompañamiento y prevención”, y ha instado a “prevenir y mirar al futuro con la garantía de que jamás haya casos de personas que dentro de la Iglesia cometan crímenes contra menores”.