El Episcopado Hondureño llamó a todos los sectores a participar en un plan social y económicamente realista y factible, que garantice mejores condiciones de vida para las familias hondureñas
La Conferencia Episcopal de Honduras se refirió a la necesidad de “un plan social y económicamente realista y factible, que garantice mejores condiciones de vida para las familias hondureñas; un plan que reduzca y, si es posible, que haga desaparecer el flagelo de la migración que obliga a tantos hondureños a abandonar su patria; un plan que priorice el empleo, la salud, la educación y la construcción democrática”.
El mensaje fue emitido por el episcopado del país centroamericano en el marco de su reciente asamblea plenaria, y si bien señalaron que esta tarea corresponde principalmente al gobierno encabezado por Xiomara Castro, también es responsabilidad de todas las instituciones y de las personas; “pues hemos de estar más preocupados por aportar, que por estar pidiendo y recibiendo”.
En enero pasado Xiomara Castro tomó posesión del gobierno hondureño, aunque el hecho se vio opacado en su momento por una crisis en el Congreso Nacional debido a un conflicto entre dos juntas directivas que buscaban la presidencia del organismo; sin embargo, la pugna logró solucionarse.
Al referirse al inicio de este nuevo gobierno, los obispos manifestaron que en éste “se han puesto muchas esperanzas, y las esperanzas del pueblo no pueden quedar defraudadas, pues correríamos el riesgo de que cunda de nuevo la decepción, continúe imparable la migración ilegal y surjan comportamientos sociales peligrosos”.
También llamaron al Congreso Nacional a establecer con claridad las prioridades que tiene el país y se legisle en torno a ellas con una mirada hacia el futuro, en lugar de centrarse en determinaciones de carácter más secundario y ancladas en el pasado.
Los obispos exhortaron a la clase gobernante a “refundar Honduras, pero no sobre ideologías ya gastadas” sino “sobre la verdad, la justicia, el amor mutuo y la libertad, que son los pilares de la Doctrina Social de la Iglesia”.
Los obispos hondureños reconocieron que un plan de nación no es sencillo, sino que requiere tiempo, procesos, profesionalismo, ética y diálogo.
Además –dijeron– éste se encontrará con resistencias y enemigos, como son: la corrupción y la impunidad, los egoísmos de personas e instituciones y la falta de una justicia objetiva, imparcial y no sometida a los intereses particulares.
Pero “todos estamos por el cambio, y en el cambio se necesita, para su autenticidad… políticos responsables de la tarea asumida y un pueblo en auditoría y veeduría constante”, añadieron.
En su mensaje titulado “Una Iglesia en camino, con Santa María, para la vida de Honduras”, los obispos pusieron su esperanza en que “este tiempo que vivimos, con sus luces y sombras, sea para todos una oportunidad para consolidar nuestra identidad y nuestra misión en el mundo como bautizados, de manera individual y eclesial”.
Por otro lado, aseguraron que los hondureños se sienten muy bendecidos al vivir el camino sinodal “como un tiempo especial de gracia, de la mano de la Santísima Virgen, en la celebración del Año Jubilar Mariano, con motivo del 275º aniversario del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora de Suyapa“.
“Se trata de un nuevo camino que implica ante todo una actitud de escucha, iluminada por la Palabra de Dios y una conversión que nos lleve a superar la indiferencia o la exclusión y marginación de muchos, y sentimos corresponsables de una nueva manera de ser Iglesia”.