La localidad portuguesa de Penamacor ha acogido del 16 a 18 de febrero la reunión del Equipo Ejecutivo de la Liga Operaria Católica/Movimiento de Trabajadores Cristianos (LOC/MTC) y la Comisión Permanente de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC). Una cita en la que se ha analizado la situación sociopolítica y eclesial de ambos países. Los participantes han podido “compartir los retos que el mundo del trabajo nos plantea a la hora de evangelizar en la realidad actual”, según señala un comunicado.
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Las consecuencias de la crisis
Ambas entidades han constatado “cómo la pandemia ha agudizado las situaciones de los trabajadores más precarios”. La crisis social que se abre se convierte en una llamada a reavivar la misión de las propias entidades centradas en la atención de la Iglesia al mundo laboral. Los participantes en la cita han constatado que “la crisis sanitaria ha agravado la realidad de empobrecimiento y de precarización del trabajo a pesar de las distintas medidas implementadas por los gobiernos para intentar paliar la brecha que se ha agrandado entre pobres y ricos”.
Ante esta situación, ambos equipos se han propuesto “defender el estado de bienestar y una política económica redistributiva” y “exigir políticas públicas inclusivas que respeten las opciones de cada persona y permitan trayectorias profesionales con futuro”. Dentro de la defensa del trabajo digno, apuestan por “asegurar la salud y las condiciones de seguridad en el trabajo de manera que eliminen la lacra de la siniestralidad labora” y “defender que el desarrollo de las nuevas tecnologías esté al servicio del bien común de modo que lo digital no se convierta en un nuevo factor de exclusión social”. A esto se suman las reclamaciones para facilitar la conciliación y “poner en la agenda política las cuestiones relacionadas con la inmigración y la ecología, el cambio climático y el desarrollo sostenible porque también son prioritarias”.
