Vaticano

Francisco en el ángelus: “Poner la otra mejilla no significa sufrir en silencio ni ceder ante la injusticia”

El pontífice preside la oración mariana e invita a “rezar por quienes nos han tratado mal” para transformar el mal en bien





El papa Francisco, un domingo más, ha rezado el ángelus desde la ventana de su estudio en el Palacio Apostólico Vaticano con los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro. El pontífice ha mostrado su cercanía a todos los que han sufrido por las catástrofes naturales en el sudeste de Madagascar y en Brasil. Además, también ha ensalzado la labor heroica de los trabajadores sanitarios en cada ocasión, especialmente en este tiempo de pandemia. Para ellos ha pedido un aplauso como señal de gratitud.



Poner la otra mejilla

Comentando el evangelio del día, el que Jesús da una serie de recomendaciones a sus discípulos, el pontífice destacó que dichas indicaciones son para “las situaciones más difíciles, las que nos ponen a prueba, las que nos enfrentan a los que son enemigos y hostiles a nosotros, los que siempre intentan hacernos daño. En estos casos, el discípulo de Jesús está llamado a no ceder al instinto y al odio, sino a ir más allá, mucho más allá. Jesús dice: ‘Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odian’”. “Si no se reacciona ante los acosadores, todo abuso de poder tiene vía libre, y eso no está bien. Pero, ¿es realmente así? ¿Realmente el Señor nos pide cosas imposibles e injustas?”, se interrogó Francisco ante las palabras de Jesús.

A partir del momento de pasión de Jesús, Francisco destacó que “poner la otra mejilla no significa sufrir en silencio, ceder ante la injusticia. Con su pregunta, Jesús denuncia lo que es injusto. Pero lo hace sin ira ni violencia, más bien con amabilidad. No quiere provocar una discusión, sino aplacar el resentimiento: apagar juntos el odio y la injusticia, tratando de recuperar al hermano culpable”. “Esto es poner la otra mejilla: la mansedumbre de Jesús es una respuesta más fuerte que la paliza que recibió. Poner la otra mejilla no es la retirada del perdedor, sino la acción de quien tiene mayor fuerza interior, que vence el mal con el bien, que abre una brecha en el corazón del enemigo, desenmascarando lo absurdo de su odio”, reivindicó el Papa. Francisco destacó que este gesto de Jesús “no está dictado por el cálculo, sino por el amor”. “Es el amor gratuito e inmerecido que recibimos de Jesús el que genera en nuestro corazón un modo de actuar similar al suyo, que rechaza toda venganza”, reclamó Bergoglio.

Amar a los enemigos

“Cuando el Señor pide algo, quiere darlo”, comentó el Papa a partir del mandado se amar a los enemigos. “Cuando me dice que ame a mis enemigos, quiere darme la capacidad de hacerlo”, añadió. Por eso animó a pedir “el poder de amar, que no es una cosa, sino el Espíritu Santo. Con el Espíritu de Jesús podemos responder al mal con el bien, podemos amar a los que nos hacen daño. Esto es lo que hacen los cristianos”. “¡Qué triste es que personas y pueblos que se enorgullecen de ser cristianos vean a los demás como enemigos y piensen en hacerse la guerra unos a otros!”, lamentó.

Francisco invitó a poner cualquier “resentimiento junto a la imagen de Jesús, manso, durante su prueba” y pedir “al Espíritu Santo que actúe en nuestros corazones”. Finalmente, invitó a “rezar por quienes nos han tratado mal” para transformar el mal en bien, pidiendo “ser pacíficos con todos, especialmente con los que nos son hostiles y nos desagradan”, concluyó. El próximo domingo, el Papa rezará el ángelus en el atrio de la basílica de la Santa Cruz de Florencia con motivo del encuentro obispos y alcaldes del Mediterráneo

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