España

La Iglesia española arranca su auditoría antiabusos “para llegar hasta el final”





La investigación independiente sobre los abusos sexuales en el seno de la Iglesia ya está en marcha. Así lo han manifestado esta mañana en rueda de prensa multitudinaria tanto el presidente de la Conferencia Episcopal Española, Juan José Omella, como el presidente y fundador de Cremades & Calvo-Sotelo, Javier Cremades.



En un principio está previsto que el encargo se lleve a cabo en doce meses para conformar una “auditoría creíble que sea la verdad de los hechos” que pretende ser “innovadora, inclusiva y emprendedora”. La investigación analizara los casos vinculados tanto al presente como al pasado. Eso sí, todavía no se ha detallado cuál será la horquilla histórica que se analizará.

Pasado, presente y futuro

“Estamos empezando”, insistieron tanto Omella como Cremades, que poco antes de su comparecencia firmaron la nota de encargo.  En cualquier caso, subrayaron que se dará “toda la amplitud necesaria tanto los casos acontecimientos en el pasado”, como en el presente y de prevención a futuro”.

Vamos a ir hasta el final. Hemos aceptado un mandato para trabajar con independencia y colaboración con las diócesis, que es una parte insustituible de la investigación”, detalló el abogado, que subrayó que este proyecto eclesial “no es una alternativa, sino un complemento”.

Nueva etapa

“Empezamos de cero en esta nueva etapa”, coincidieron en señalar ambos, que confirmaron que se auditarán tanto a las diócesis como a las congregaciones religiosas. “Nos hemos reunido con la CONFER (Conferencia Española de Religiosos) y están de acuerdo”, subrayó el cardenal arzobispo de Barcelona.

El propio Cremades definió la convocatoria pública como “insólita” dada “la excepcionalidad del asunto” a tratar, “una cuestión tan delicada como difícil y dolorosa” y que supone para el bufete “el asunto más complejo que hemos afrontado hasta la fecha en nuestra carrera”. En un principio, serán 18 profesionales del bufete de abogados los que inicien el trabajo, si bien están abiertos a incorporar a “personalidades de la cultura, de la psicología…”.

Servicio a la sociedad

Pero, sobre todo, tanto el cardenal como el abogado insistieron en que se contará con la voz de los damnificados. “Es un servicio a la sociedad, pero especialmente a las víctimas”, expuso el letrado. “Nuestro objetivo es la ayuda y reparación a las vigilas ampliando los cauces de colaboración y denuncia”, sentenció el presidente de los obispos.

De hecho, Omella arrancó su intervención pidiendo “perdón público a todas las víctimas que tanto dolor han padecido y padecen”. “Nos duelen todos los abusos en otras instituciones y pediríamos que también se investiguen”, aseveró el purpurado, que manifestó el interés de la Iglesia por “dar un paso al frente en su obligación de transparencia social, de ayuda y reparación de las víctimas y colaboración con las autoridades, evaluar en positivo y negativo lo que hemos hecho para bien de las víctimas y de la sociedad”. “Las víctimas no son un número sino un rostro con una persona y una historia”, explicó.

Voto de confianza

“Comprendo a las víctimas, especialmente a los más activos pertenecientes a las asociaciones y espero que nuestro trabajo les sirva de ayuda, apoyo y reparación”, apostilló Cremades, que les pidió un voto de confianza “porque se les va a ofrecer una atención individualizada”. Desde ahí, adelantó que en breve buscarán encuentros con las diferentes asociaciones de afectados para conocer sus demandas. Y añadió: “Queremos que se ponga a la persona en el centro”, consciente de que “estamos ante una corrección de una lucha de poder sistémica en la sociedad”.

Sobre la demora en la convocatoria de la auditoría reclamada por víctimas, medios y opinión pública, el purpurado apuntó que “no es fácil tomar una decisión rápida”: “Lo importante ahora es estar cerca de las víctimas, no mirar al pasado lamentándonos de lo que hemos hecho y trasladar a la sociedad que podemos y queremos mejorar”.

Estudiar todas las cuestiones

En este sentido, también contemplan las indemnizaciones a las víctimas, si bien no entraron a calibrar cifra alguna dado lo incipiente del estudio. “Por supuesto, vamos a estudiar todas las cuestiones incluida la reparación”, sentenció Cremades que dijo trabajar “sin barrera ni límite”.

Sobre la metodología, Cremades aclaró que será un sistema “híbrido” de trabajo que tendrá en cuenta la experiencia de Australia, Francia y Alemania. De hecho, se contará con la colaboración de dos socios del despacho que ha trabajado con  la diócesis de Múnich, que acudirán cada mes a Madrid para acompañar el proceso. Incluso, adelantó que también se han puesto en contacto con  el responsable de la investigación francesa, Jean-Marc Sauvé.

El cardenal arzobispo de Barcelona explicó que en los próximos días se comunicará a la Santa Sede “inmediatamente” esta iniciativa y comentó que no duda del respaldo vaticano a esta propuesta. “Siempre hemos seguido los protocolos de Roma y ya en la visita ‘ad limina’ nos dijeron que íbamos por buen camino”.

Colaboración  total

Tal y como adelantó Vida Nueva, esta investigación no busca contraprogramar ni enmendar la propuesta del Gobierno de crear una comisión multilateral capitaneada por el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo. Es más, Cremades confirmó que ya se ha puesto en contacto con Gabilondo para mostrarle su colaboración ante el devenir de los acontecimientos y tendió su mano de la misma manera a trabajar codo con codo con la Fiscalía y con las demás autoridades “pertinentes”.

Cremades anunció que este trabajo no lo van a facturar a los obispos, que solo tendrán que abonar los gastos correspondientes de terceros. También salió al paso de las dudas sobre su independencia a la hora de posicionarse frente a la Iglesia, como miembro del Opus Dei y formar parte de patronatos de fundaciones eclesiales como Madrid Vivo o Tajamar. En este sentido, echó mano de sus 25 años de profesionalidad, de defensa de causas de víctimas como los pequeños inversores bancarios o los damnificados de la huelga de controladores. “Pertenecer al patronato de una docena de fundaciones es un honor y un acervo, no un conflicto”, aseveró.

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