El papa Francisco sigue con “gran dolor” el empeoramiento de la situación en Ucrania después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, reconociera las repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk y enviara abiertamente tropas a estos territorios. En la parte final de la audiencia general que presidió este miércoles en el Aula Pablo VI del Vaticano, el Pontífice lamentó los esfuerzos diplomáticos de las últimas semanas no hayan conseguido que se “abran escenarios cada vez más alarmantes”.
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“Como yo, muchas personas en todo el mundo sienten angustia y preocupación” por el pulso entre Rusia y Ucrania, destacó Jorge Mario Bergoglio en su alocución, doliéndose de que una vez más “la paz de todos se vea amenazada por intereses partidistas”. En un llamamiento a la cordura dirigido en particular a Putin, pidió que quienes tienen “responsabilidades políticas” hagan un “examen serio de conciencia frente a Dios, que es el Dios de la paz y no la guerra, que es el Padre de todos y que nos quiere hermanos y no enemigos”.
A continuación, el Papa apeló a “todas las partes involucradas en el conflicto” para que “se abstengan” de realizar cualquier tipo de acción que pueda provocar “más sufrimiento a las poblaciones, desestabilizando la convivencia entre las naciones y desacreditando el derecho internacional”. También invitó a los creyentes a sumarse a una jornada de oración y ayuno el día 2 de marzo, Miércoles de Ceniza. “Que la Reina de la paz preserve el mundo de la locura de la guerra”, dijo.
Ciclo de catequesis sobre los ancianos
Una vez terminado la semana pasada el ciclo de catequesis sobre la figura de san José, el Pontífice comenzó una nueva serie de alocuciones dedicadas a la vejez. “Desde hace algunos decenios, esta edad de la vida concierne a un auténtico ‘nuevo pueblo’, que son los ancianos. Nunca hemos sido tan numerosos en la historia humana”, comentó, advirtiendo a continuación de que el “riesgo más frecuente” es que las personas mayores sean vistas “como un peso” y acaben “descartadas”.
“Junto a las migraciones, la vejez es una de las cuestiones más urgentes que la familia humana está llamada a afrontar en este tiempo”, advirtió Bergoglio. Esta situación es fruto del aumento de la esperanza de vida en muchas regiones del mundo, un fenómeno que se producía al tiempo de una caída de la natalidad. Este “desequilibrio” tiene “muchas consecuencias”, subrayó. “La cultura dominante tiene como modelo único al joven-adulto, es decir un individuo hecho a sí mismo que permanece siempre joven”.
Jóvenes “encorvados en su smartphone”
En su catequesis Francisco lamentó que para los ancianos existan, en ocasiones, “planes de asistencia”, pero no haya “proyectos de existencia para hacerles vivir plenamente”. De esta manera se provoca “un vacío de pensamiento, imaginación y creatividad” que facilita que las personas mayores sean vistas como “material de descarte”.
Abogando una vez más por la alianza entre generaciones, el Papa invitó a jóvenes y ancianos a hablarse y escucharse mutuamente. “A los jóvenes que ya no preguntan los sueños de los ancianos, apuntando con la cabeza gacha a visiones que no van más allá de sí mismos, les costará llevar su presente y soportar su futuro. Si los abuelos se repliegan en sus melancolías, los jóvenes se encorvarán aún más en su smartphone”, dijo.