El grupo guerrillero del Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha sembrado el terror en algunas regiones de Colombia con el denominado paro armado que inició este 23 y extenderá hasta el 26 de febrero en todo el país.
- PODCAST: El grito de las víctimas de abuso
- ¿Quieres recibir gratis por WhatsApp las mejores noticias de Vida Nueva? Pincha aquí
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Frente a esta grave situación, la Conferencia de Obispos a través de la pastoral social Cáritas ha pedido al grupo guerrillero “abandonar el camino de la violencia y a mostrar signos coherentes de verdadera voluntad de diálogo”.
Los prelados han expresado “su más profunda preocupación por la escalada de acciones violentas”, cuyas consecuencias se han visto reflejadas con “explosiones con varios heridos graves, interrupciones de la movilidad, intimidaciones a la sociedad civil y desabastecimiento”.
Un llamado general
Al respecto, han señalado que “esperamos del Estado colombiano la protección efectiva e integral de los territorios afectados y el reconocimiento de la agudización del conflicto”.
“Exhortamos a la sociedad civil a un decidido compromiso democrático que nos permita construir un país mejor, sin violencia y con justicia social”, acotaron.
Mientras que al ELN y a todos los grupos armados “exigimos el respeto al derecho internacional humanitario y reflexionar en torno a las múltiples afectaciones que causan a nuestro país y lo precipitan hacia un absurdo río de sangre y odio”.
Foto: Colprensa