Tras mediar con éxito entre Estados Unidos y Cuba y contribuir a las negociaciones entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las Farc, el Vaticano se ofrece para “facilitar el diálogo” entre Ucrania y Rusia. En una entrevista publicada este lunes por varios diarios italianos, el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado, asegura que la Santa Sede “siempre está dispuesta a ayudar” para resolver el conflicto en curso en Europa oriental, para lo que “nunca es demasiado tarde”.
“Estoy convencido de que hay siempre espacio para la negociación. El diálogo es el único modo razonable y constructivo para suavizar las divergencias, como no se cansa de repetir el Papa”, afirma Parolin, renovando el llamamiento que el Pontífice realizó el pasado viernes, cuando visitó la embajada rusa ante la Santa Sede y pidió que se pusiera fin a los combates. “Es necesario ante todo interrumpir de inmediato el ataque militar, de cuyas trágicas consecuencias todos somos testigos”.
En su conversación con cuatro diarios italianos (Corriere della Sera, La Repubblica, La Stampa e Il Messaggero), el ‘brazo derecho’ del Papa advierte de que si la guerra se extiende a otros países supondría una “catástrofe gigantesca”, aunque lamenta que se trate de una posibilidad que “no puede excluirse hoy del todo”. Confiesa además que le hacen “temblar” algunas declaraciones de estos últimos días que comparan la situación actual con la que precedió a la Segunda Guerra Mundial.
“Es necesario evitar la escalada (de tensión), parar la guerra y tratar. El eventual retorno a una nueva Guerra Fría con dos bloques contrapuestos es también un escenario de verdad inquietante. Va exactamente al contrario de la cultura de la fraternidad que el papa Francisco propone como único camino para construir un mundo justo, solidario y pacífico”, afirma el secretario de Estado de la Santa Sede.
Finalmente, Parolin invita a una “reflexión común” acerca de las “aspiraciones” de cada país y su “legitimidad”, teniendo siempre en cuenta “el respeto del derecho internacional” y las decisiones de los ciudadanos. “La historia no deja de ofrecer ejemplos que confirman que esto es posible”, comenta el ‘número dos’ de la jerarquía vaticana, para el que las distintas Iglesias pueden ofrecer un “papel fundamental” a la hora de ayudar a conseguir la paz.