El presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, Adalberto Martínez Flores, brindó un mensaje de apertura en la Asamblea conjunta que están realizando los obispos y los religiosos.
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Recordó que desde hace años caminan juntos, en comunión y participación. “Son décadas de práctica de sinodalidad de la Iglesia en el Paraguay”, expresó.
Agregó que esta asamblea CEP-CONFEPAR se hace a la luz del magisterio del papa Francisco. Cree que esta práctica ayudará a analizar los desafíos que nos plantea, tanto la realidad social como la eclesial.
Dijo que será importante asumir y encarar, con coraje y en espíritu sinodal, los cambios necesarios para avanzar en “la conversión pastoral y misionera al servicio de la vida plena de nuestro pueblo”.
El gran objetivo de estos procesos participativos no será la organización eclesial, sino el sueño misionero de llegar a todos.
“Tierra fértil”
Teniendo en cuenta la experiencia del trabajo pastoral conjunto, iniciado en la década del 70, el titular de la CEP aseveró que “la Iglesia paraguaya es tierra fértil para el Sínodo de sinodalidad por nuestro estilo”.
Afirmó que esto implica una gran responsabilidad porque compromete a redoblar esfuerzos para profundizar y consolidar el modelo de Iglesia que impulsa el Papa Francisco: misionera, samaritana y sinodal.
Aprovechó a referenciar el año del laicado. Estimó que se deben pensar creativamente en mecanismos de participación y otras formas de diálogo pastoral entre todos los miembros de la Iglesia, Pueblo de Dios, con el deseo de escuchar y llegar a todos.
