Los obispos paraguayos han titulado su escrito ‘Miércoles de ceniza, tiempo de conversión y renovación’
La Conferencia Episcopal del Paraguay, reunidos en la 233° Asamblea General, analizaron la situación que hoy vive la humanidad y la Iglesia, y enviaron un mensaje al Pueblo de Dios y a todas las personas de bien, titulado: “Miércoles de ceniza, tiempo de conversión y renovación”.
Consideraron oportuno compartir algunas de estas reflexiones en este tiempo especial.
En este tiempo de cuaresma señalaron que todos deben “abocarse a la conversión personal y comunitaria”. Creen que el país necesita cambios urgentes y radicales, una profunda conversión y un cambio de mentalidad para garantizar una sociedad más justa, equitativa y solidaria. Por ello, pidieron “Hagamos el bien a todos”.
Agregaron que todo paraguayo está llamado a practicar el bien, con gozo y alegría, tal como lo plantea el papa Francisco en su mensaje de Cuaresma 2022, no como un peso, sino como una gracia.
“La mala cosecha es producto de una mala siembra, la cosecha generosa es producto de una siembra generosa”, sostuvieron los obispos paraguayos. Consideran oportuno reflexionar sobre todo lo que está aconteciendo en el mundo: “Causa una gran tristeza y pena el conflicto bélico entre dos países hermanos, Rusia y Ucrania. Pedimos rezar por la paz y el cese de la violencia”.
En el orden interno, mencionaron el narcotráfico y su contaminación con la esfera política. Reconocieron que el vínculo con instituciones y servidores públicos “es evidencia de una mala siembra que como sociedad no supieron controlar. Estimaron grave y preocupante el avance de este mal endémico que enferma y lastima severamente, pero creen que aún están a tiempo. Reiteraron: “No nos cansemos de hacer el bien”.
“En esta Cuaresma depositemos nuestra fe y esperanza en Cristo resucitado y no nos cansemos de orar por nuestro pueblo y por el mundo entero”, pidió el episcopado paraguayo.
Ofrecieron dos caminos para este tiempo cuaresmal: la caridad y sensibilidad como bandera de la misión. En este año del laicado invitan a todos a participar haciendo el bien en caridad activa hacia el prójimo. Ponerse en camino y visitar a a los enfermos, ancianos y los hermanos en situación de calle; “hacer el bien también es escuchar, sanar y ayudar a los más pequeños e indefensos”.
La otra propuesta es “caminar juntos”, sobre todo en este particular año en el que se celebra el sínodo de la sinodalidad. Creen que es una tierra fértil para “caminar juntos” y asumir y encarar los cambios necesarios que lleven a un camino de conversión pastoral y misionera al servicio de la vida plena del pueblo.
Finalmente, invocaron a María para que como Madre, a través de su intercesión, puedan erradicar los males de la sociedad y sembrar buenas semillas para cosechar buenos frutos.