“Gracias por su reflexión certera y precisa, como corresponde a un maestro de la Doctrina católica”, escribía Francisco en una carta al purpurado
Todo comenzaba con una carta del cardenal Gerhard Müller al papa Francisco a modo de agradecimiento por haber nombrado a san Ireneo de Lyon Doctor de la Iglesia. A esto, el Papa respondía elogiando al prefecto emérito de la Congregación para la Doctrina de la Fe, e invitándole a escribir un libro sobre gnosticismo debido a su vasto conocimiento sobre el tema.
“Gracias por su reflexión certera y precisa, como corresponde a un maestro de la Doctrina católica”, escribía Francisco. “Gracias también por su juicio inequívoco sobre el gnosticismo. Es verdad: penetra en muchos ámbitos de la vida de la Iglesia, especialmente en las ‘escuelas’ de espiritualidad que profesan querer renovar la urgencia de los clásicos católicos”, añadía.
Asimismo, el Papa invita en su carta a Müller a “escribir un libro sobre las diversas expresiones del gnosticismo”, ya que está seguro de que “será muy bueno”. Y a que, a su vez, Müller no desempeña ningún papel relevante dentro de la curia desde que Francisco no le renovase como prefecto de Doctrina de la Fe en 2017.
Pero él también elogiaba al Papa en su carta: “En su calidad de maestro supremo de la cristiandad, proclamaste a san Ireneo de Lyon Doctor de la Iglesia. Con este gran gesto, vuestro pontificado quedará para siempre vinculado de la manera más positiva en la historia de la Iglesia”. Algo que, sin duda, es llamativo al revisar el historial de críticas hacia el Papa que Müller carga a sus espaldas, las cuales se han visto acentuadas desde que el Pontífice firmase el motu proprio ‘Traditionis Custodes’.