La eucaristía de inicio de Ministerio Episcopal ha tenido lugar este sábado, 5 de marzo de 2022 en la Catedral de Calahorra, y ha sido presidida por Bernardito Auza
“¡Qué espectáculo de Catedral! Signo que habla de la misión del obispo como principio de comunión, de comunión eclesial, por supuesto, pero también como deseo de contribuir a la cohesión social, donde podamos mirarnos y tratarnos con dignidad”. Estas han sido las primeras palabras que dirigía Santos Montoya Torres a los numerosos fieles congregados en la Catedral de Calahorra ya como nuevo obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño.
La Eucaristía de inicio de Ministerio Episcopal ha tenido lugar este sábado, 5 de marzo de 2022 en la Catedral de Calahorra, y ha sido presidida por Bernardito Auza, nuncio apostólico en España. Después del saludo inicial del nuncio, Vicente Robredo, administrador diocesano durante la sede vacante, se dirigió a la asamblea y le dedicó unas palabras al obispo: “Don Santos, su corazón le ha abierto nuestra diócesis, para que more en él, lo pastoree, lo acompañe en sus luces y sus sombras, le ayude a separar lo ya marchito de lo vivo y perenne; le abra una luz en medio de la angustia, una certeza en tanta incertidumbre, lo nutra con el Pan y la Palabra, con la unción del Espíritu y sus dones”.
Tal como ha recordado el nuncio, Santos Montoya “ya tiene una rica experiencia en su inicio episcopal como auxiliar de Madrid, donde ha tenido ‘un baño de Iglesia’, como él mismo ha afirmado haces unos días”. De esta manera, “llega aquí lleno de celo apostólico y de buena voluntad para iniciar esta misión que le ha confiado el Santo Padre”. “Querido D. Santos, cuente con nuestras humildes oraciones”, ha concluido el nuncio.
Por su parte, Santos Montoya ha explicado que “vincularse al Buen Pastor, quererse identificar con él, no es una merma para el crecimiento de la persona, ni para la convivencia, ni una amenaza para nadie, sino todo lo contrario, es la garantía de la entrega por todos”.
Asimismo, ha recordado el momento del evangelio en el que Jesús pregunta “Simón, hijo de Juan, ¿me amas?”. “Antes del encargo, el Señor busca ganarnos. Es la condición de posibilidad para el envío. Sin una estrecha relación con Jesús, el encargo puede terminar desvirtuándose. Si el corazón no está entregado a Dios, la misión peligra“, ha añadido.
“Sí, Señor, tú sabes que te quiero, responde Pedro. La fe no es una idea, es una relación concreta, afectiva, con la persona de Jesucristo, vivo para siempre”, ha aseverado. “Jesús, entonces, le dice: ‘Pastorea mis ovejas’. El Señor nos recuerda que las personas son suyas, que no somos dueños de la gente, y que, si se nos concede que las tratemos, es para orientarlas al encuentro con él. Pastorear no es forzar sino señalar al Salvador”.