La Autoridad Israelí para la Naturaleza y los Parques anunció, a finales de febrero, que se paralizan los planes de expansión del Parque Nacional de las Murallas de Jerusalén, que –según el portal de noticias ‘The Times of Israel’– contemplaban incorporar a este espacio gran parte de los terrenos del Monte de los Olivos, donde se ubican fincas cristianas, lugares sagrados y tierras pertenecientes a propietarios privados palestinos. Los responsables del proyecto, que lo habían presentado oficialmente como una oportunidad para mejorar la conservación de la zona suroriental de las afueras de la Ciudad Vieja, debían someterlo a la aprobación del Comité de Planificación Urbana de Jerusalén el 2 de marzo.
Sin embargo, de momento, la propuesta urbanística no seguirá su curso.Y todo apunta a que este frenazo tiene que ver con la enérgica protesta de varios líderes de las Iglesias cristianas de la región, que días antes transmitían al Gobierno israelí su “profunda preocupación” por tales planes y su “inequívoca oposición” a los mismos.
Así se lo hacían saber en una carta dirigida a la ministra de Medio Ambiente, Tamar Zandberg, remitida por el patriarca ortodoxo griego de Jerusalén, Teófilo III; el franciscano Francesco Patton, máximo responsable de la Custodia de Tierra Santa; y el patriarca armenio de Jerusalén, Nourhan Manougian.
En la misiva –difundida en diversos medios del país y cuya copia recibieron los cónsules en Jerusalén de Francia, Turquía, Italia, Gracia, España, Reino Unido, Bélgica y Suecia, además del nuncio apostólico, Adolfo Tito Yllana–, sus firmantes exigían la retirada inmediata de la que consideran “una medida brutal” y perciben como “un ataque directo y premeditado contra los cristianos de Tierra Santa, contra las Iglesias y sus derechos ancestrales, garantizados internacionalmente, en la Ciudad Santa”.
Derechos que, a su juicio, se verían gravemente socavados “bajo el pretexto de proteger los espacios verdes”, cuando el plan parece responder a “una agenda ideológica” que cuestiona “el estatus cristiano en Jerusalén”.
En respuesta al temor de las Iglesias, desde la propia Autoridad Israelí para la Naturaleza y los Parques se ha asegurado que “el proyecto no se discutirá sin un diálogo y un intercambio previo con todas las partes interesadas, incluidas las organizaciones religiosas locales, sobre la mejor manera de preservar este lugar único”. (…)