En el Día Internacional de la Mujer, y teniendo en cuenta el apartado dedicado a las mujeres “Un nuevo lugar para la mujer en la Iglesia y en la sociedad” de la primera Asamblea Eclesial de Latinoamérica y el Caribe, el área de las mujeres del Departamento de Laicos (Deplai) de la Conferencia Episcopal Argentina estimó que es un buen momento para pensar este nuevo lugar.
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Estiman que después de la pandemia habrá que comenzar todo de nuevo “de la forma que podamos”, En muchas instancias, la realidad irá marcando el rumbo de la necesidad, sobre todo en el modo que impacta en los más vulnerables de la sociedad.
En lo social y en lo eclesial
Manifiestan que lo que más duele, tanto en el país como en la región, es la exclusión, la discriminación y las inequidades. Cuando se habla de mujeres y género, hay un discurso “políticamente correcto”, pero “en la vida cotidiana las inequidades persisten y no siempre los anuncios se plasman en mejoras concretas en la vida de las mujeres, especialmente en la vida de las mujeres pobres”.
En el campo social, hay una conciencia de equidad que crece y es irrefrenable. Aseveraron que las mujeres van tomando “lugares de participación y liderazgo”; “avanzamos y hay reconocimiento de nuestros aportes”, reconocen.
En cuanto a lo eclesial, las mujeres de la Asamblea Eclesial afirmaron que en las estructuras institucionales el laicado, en general, está marginado. “Las mujeres lo estamos aún más (incluidas las religiosas que son laicas en el sentido de no tener estado clerical)”. E insistieron “llenamos los templos y animamos la pastoral, pero no estamos, en general, en los lugares donde se toman las decisiones”.
Sin embargo, estiman que hay avances en la inclusión y en la participación. “La fuerza y la participación de las mujeres en las estructuras va generando espacios y muchos nos hacen lugar”. Algunas están ocupando puestos de liderazgo eclesial a nivel nacional, regional y global. “Son pocas, son algunas, no alcanza, pero simbólicamente es fuerte el cambio. Marca un hito que difícilmente se desmarque”.
Tareas prioritarias
En el mensaje, las integrantes del área enumeraron algunas acciones prioritarias para este tiempo:
- Acompañar y promover a las mujeres más pobres y excluidas; hacer foco en ellas y sus hijos, por las heridas de la violencia doméstica, las necesidades básicas insatisfechas: alimento, vivienda, educación, trabajo.
- Continuar el tema de los abusos en la Iglesia: abusos sexuales, pero también de poder y de conciencia: “A medida que avanzan las denuncias en los organismos eclesiales, es imperativo avanzar también en el cambio cultural y en la aplicación de normas para la protección de menores y adultos vulnerables”; sobre todo en la manipulación de las conciencias y el abuso de poder. Esto significa trabajar para deshacer estructuras clericales y machistas.
- Fomentar el protagonismo de las mujeres en la Iglesia: darle voz a las mujeres más postergadas de las comunidades (por edad, condición social, etc).
- Procurar la educación de las mujeres, como don precioso que una vez recibido no se puede quitar. Posibilitar que completen su formación y capacitación. “La visibilización y el protagonismo se dan solos cuando hay formación”, afirman.
- Participar del Sínodo. Leer el documento preparatorio y acerca las inquietudes a la parroquia que corresponda.
Destacaron que el papa Francisco está proponiendo la reforma de la Iglesia, no otra Iglesia sino ser Iglesia de otra manera, más sinodal y participativa. Creen que “allí todas y todos tenemos algo que aportar”. Invitar a seguir caminando juntas; de eso se trata.
Finalmente, se solidarizaron con quienes sufren por la guerra en Ucrania, especialmente “con todas las mujeres que están emigrando o sosteniendo a su familia en medio del conflicto. Pidamos al Señor para que pronto termine la guerra”.