La Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR) ha enviado su salutación por el Día Internacional de la Mujer y ha insistido en la necesidad de seguir promoviendo “nuevos liderazgos” en el que la mujer sea su principal protagonista.
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“Atentas a la invitación que nos hace María, la reconocemos como mujer, discípula y profetisa. Su voz nos moviliza a la profecía, que implica escuchar con el oído atento, para pasar por el corazón palabras, historias, acontecimientos y la vida que se teje”, han expresado.
La fuerza eclesial femenina
“Agradecemos a Dios por cada una de las mujeres empeñadas en construir una sociedad más humana y acogedora”, apostillaron, al tiempo que recordaron las palabras del papa Francisco en su visita a Colombia: “¡La esperanza en América Latina tiene un rostro femenino!”.
Por tanto “es un serio deber comprender, respetar, valorizar, promover la fuerza eclesial y social de cuanto realizan, porque sin las mujeres la Iglesia del Continente perdería la fuerza de renacer continuamente”.
Acotaron: “Ellas saben implicarse oportuna y eficazmente en cada una de las iniciativas sostenibles que precisa nuestra sociedad, y su participación y liderazgo generan las acciones más pertinentes en cada uno de los cometidos de la Iglesia y de la sociedad”.
A las consagradas
También han dedicado unas palabras a las mujeres consagradas: “¡Adelante con su misión! Sostenidas con su valentía, su oración, su creatividad y su persistencia encontrarán las nuevas respuestas frente a los desafíos del tiempo actual”.
La CLAR invita a las consagradas a no desmayar en su empeño de “trabajar y hacer incidencia con los pobres, con los marginados, con todos los que están esclavizados”.
Especialmente de “los pueblos indígenas, junto a los niños en situación de calle, en los pueblos donde faltan alimentos y medicamentos, entre los migrantes y los desempleados, junto a las víctimas de la trata”.
“Son presencia de los signos del Reino de Dios las mujeres que viviendo contracorriente dan testimonio de la buena nueva del Evangelio por los caminos sinodales de la escucha, el discernimiento y la apertura para la transformación de estructuras eclesiales y sociales”, finalizaron.
Foto: Shutterstock