El secretario de Estado, el cardenal Pietro Parolin, ha condenado el bombardeo de un hospital pediátrico en la ciudad ucraniana de Mariupol. Para el purpurado, que ha mantenido contactos con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, esta acción es “inaceptable”, según ha señalado a unos periodistas en un acto al que ha acudido en Roma este miércoles, 9 de marzo.
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Para el cardenal “no hay razones” para bombardear un objetivo así. Mostrando su preocupación por la toda guerra, ha mostrado su repulsa a la destrucción de este hospital, una masacre que se ha llevado por delante a niños y mujeres de parto según ha señalado el jefe de la administración militar regional de Donetsk.
Sin garantías
Además, Parolin destacó que el espacio para las negociaciones era limitado, pero que esperaba que se pudiera alcanzar una posición negociada. Ahora bien, el purpurado no ofreció detalles sobre su conversación con el ministro ruso, aunque señaló que durante la conversación desde el Kremlin no se aportó ninguna garantía, en concreto, sobre los corredores humanitarios.
Aunque, se mostró dispuesto a dar pasos en el frente diplomático para encontrar soluciones que pongan fin a la guerra. Mediación que se ve dificultada con palabras como las del patriarca ortodoxo ruso Kirill, cuya intervención no favorece ni promueve un entendimiento, sino que, por el contrario, corren el riesgo de inflamar aún más los ánimos, provocando una escalada que no resolverá la crisis de forma pacífica, según recogen los medios vaticanos. También alabó el apoyo humanitario que supone la presencia de los cardenales Konrad Krajewski y Michael Czerny sobre el terreno.