En la frontera entre Polonia y Ucrania se palpan muy de cerca las consecuencias humanitarias de la invasión ucraniana por parte de Rusia. La guerra está dejando, desde el primer día, miles de desplazados que cada jornada llegan a territorio polaco. Allí han estado también los voluntarios de las Cáritas polacas entregando paquetes de alimentos o material higiénico procedentes de Cáritas Ivano-Frankivsk, ofreciendo comida caliente conseguida por un equipo de Cáritas Lviv u ofreciendo apoyo psicológico por teléfono desde la delegación Ternopil… mientras la Archidiócesis de Przemysl envía un autobús con miles de bocadillos, agua y zumos cada mañana y tarde.
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Trabajando en la frontera está Dominika Chylewska, voluntaria de Cáritas Polonia que está atendiendo las situaciones de primera necesidad de los ucranianos –fundamentalmente mujeres y niños– que han podido salir. Con el recuerdo de la crisis fronteriza entre Polonia y Bielorrusia, la entidad eclesial ha desplegado su potencial para atender esta emergencia humanitaria sin dejar sus actividades habituales.
Además de la primera acogida, en la frontera se están presentando los programas preparados para la asistencia psicológica a los niños en los centros sociales y jardines de infancia o del trastorno de estrés postraumático, las necesidades de las personas mayores solas o los diferentes planes de contingencia.
Volcados en la ayuda
PREGUNTA.- ¿Dónde está trabajando en estos momentos Cáritas Polonia?
RESPUESTA.- Cáritas Polonia coopera con unas 44 Cáritas locales de todo el país para ayudar a Ucrania. También trabajamos con Cáritas Ucrania (de las parroquias católicas de rito oriental) y Cáritas Spes (de las de rito latino). Además, nada más comenzar el ataque, Cáritas Polonia decidió transferir más de 20.000 euros a las Cáritas ucranianas, una cantidad que se incrementó posteriormente en 100.000 euros más.
El trabajo se realiza a diferentes niveles. Solo en los primeros días de los ataques se consiguieron 2.000 plazas para huérfanos y niños con diversas discapacidades procedentes de Ucrania –que son las evacuaciones más complejas que estamos realizando– y se repartieron 2.000 paquetes con alimentos y productos de higiene y cosméticos. Además, Cáritas, con otras dos entidades, está proporcionando ayuda directa a los refugiados en la frontera en puntos de asistencia donde se distribuyen alimentos, bebidas calientes, termos, mantas y sacos de dormir.
En Przemysl, el principal punto de entrada de los refugiados procedentes de Ucrania, los voluntarios locales de Cáritas han distribuido en dos semanas 50.000 comidas calientes tanto a los refugiados como a las autoridades locales, los servicios médicos y los voluntarios; distribuyen bocadillos, dulces, mantas y colchones. Algo similar se está haciendo también en las poblaciones Korczowa, Kroscienek, Chotyniec y Młyny, donde incluso ha habido que aportar generadores para que el hospital pudiera atender las nuevas demandas.
P.- ¿Cuáles son las necesidades de los refugiados que llegan a su país?
R.- Los refugiados que llegan a Polonia necesitan sobre todo comida, mantas calientes, un lugar donde calentarse después de un largo viaje, un sitio donde descansar, ducharse y dormir al menos una noche. Necesitan coordinación para el transporte y la logística. Por lo que vemos, la mayoría de ellos ya han organizado algunos lugares para dormir: familia, amigos tanto en Polonia como en el extranjero. En cualquier caso, necesitan, sobre todo, sentirse seguros en Polonia.