“¡Escucha las voces de los niños que mueren por el bombardeo!”. Así de contundente se muestra, en conversación con Vida Nueva, Anatoliy Hetsyanyn, responsable de la Pastoral Juvenil Salesiana en Ucrania.
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Y es que, como reivindica este religioso ucraniano, “nadie puede ocultar ni callar que las tropas rusas han invadido Ucrania y que durante quince días de guerra no solo han sido crueles con los civiles, sino que han matado intencionadamente a niños. Bombardean maternidades, guarderías y escuelas con misiles. Esto no es más que una demostración de la voluntad de destruir la nación ucraniana, de destruir su futuro”.
80 niños muertos y muchos más heridos
Como documenta, “desde el comienzo de la invasión rusa de Ucrania, unos 80 niños han muerto y muchos han resultado heridos. Miles de niños se ven obligados a huir de los bombardeos y esconderse en sótanos abandonados y en ruinas, permaneciendo allí días y días en el frío, sin luz y sin comida ni agua. Miles de personas, incluidos niños y adolescentes, han sufrido traumas psicológicos por el miedo a la muerte y la lucha por la vida”.
Frente a este horror, reclama que “nosotros, los salesianos de Ucrania y la familia salesiana mundial, no podemos permanecer en silencio en estos trágicos momentos que ven al agresor agredir y violar vidas inocentes. Debemos gritar, hablar a todo el mundo civilizado de estos hechos bárbaros y horribles. ¡Escucha las voces de los niños que mueren por el bombardeo! Nosotros, todos aquellos que seamos enviados, los protegeremos. No debemos tener miedo de decir la verdad. El mundo y los líderes mundiales deben conocer estos horrores”.
Juntos, más fuertes
Anatoliy Hetsyanyn concluye apelando a Dios: “Unámonos para proteger a los niños, no solo en la oración, sino también en acciones concretas. Gracias a todos por el apoyo y la ayuda. ¡Juntos somos fuertes! Pedimos una oración más intensa por los niños y por las miles de personas que lo han perdido todo. Dios permanezca cerca de nosotros en estos trágicos momentos. ¡Solo con Él nos sentimos seguros!”.
