Entrevistas

Elsa Anka: “Dios debe estar echándose las manos a la cabeza al mirarnos”





La actriz y presentadora ha logrado compaginar a la perfección su vida pública con la privada. Además de sus múltiples proyectos, mantiene una nutrida comunidad en Instagram, con miles de seguidores, con los que comparte su apuesta ‘lifestyle’: alimentación sana, deporte, meditación y vida eco. Por si lo dicho fuera poco, la madre de Lidia Torrent colabora de forma activa con la Fundación Iván Mañero y, todo ello, mientras prepara su boda con quien considera el hombre de su vida.



PREGUNTA.- Lleva diez años colaborando con la fundación del doctor Iván Mañero… ¿Cómo llegó a ella?

RESPUESTA.- Presenté una de sus galas y me quedé tocada. Poco a poco creció el vínculo con el doctor, su hermana Ruth y su marido, Joan (quienes dirigen la Fundación y crean sus proyectos). Ellos son los tres pilares, su ‘alma mater’, y realizan una labor extraordinaria. El resto somos todos voluntarios. Pero he estado vinculada a otras. Me fui a Senegal en 2004 con la Fundación SOS y también hago lo que puedo aquí, por las enfermedades raras o el cáncer. Una hace lo que puede, lo que le dice el corazón y muchas veces te enfadas por no poder hacer más. No pararías.

P.- ¿Qué nuevos proyectos tienen planeados?

R.- Ruth y Joan están ahora en Guinea Bissau haciendo trabajo de campo para cuando baje el equipo médico del doctor (maravillosos especialistas de primera y todos voluntarios) para operar durante una semana o diez días, entre doce y quince horas diarias. Además se está ampliando la escuela de Bisselanca. En el centro para discapacitados de Casulo han ampliado el espacio y han construido una nueva cocina así como los comedores infantiles, que es una buena noticia aunque siempre siguen contando más los que se quedan fuera, desgraciadamente. También tienen una bolsa de becas para chicos y chicas sin recursos que quieren ir a la universidad. Su prioridad es darles las herramientas necesarias para que sean el futuro de su pueblo. (…)

Vida sana

P.- En ‘Instagram’ tiene una comunidad nutrida. En sus grabaciones se apoya en la alimentación sana, el deporte o la meditación. ¿Tiene la espiritualidad cabida en su vida?

R.- No solo tiene cabida sino que es uno de mis pilares.

P.- ¿Es creyente?

R.- Creo. Creo en un Dios sin etiquetas. Es de todos pero no pertenece a nadie. No es un Dios castigador ni nos dice que muramos o matemos por él. Ni tampoco es el responsable del mundo que ha creado la Humanidad. Debe estar echándose las manos a la cabeza, mirándonos.

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