El papa Francisco continúa haciendo incesantes llamamientos para que cese la guerra en Ucrania. Esta misma mañana, se ha sentado frente al patriarca Kirill de Moscú en una videollamada cuyo contenido ha sido revelado por el director de la Oficina de Prensa del Vaticano, Matteo Bruni, por medio de un comunicado recogido por Vatican News. La conversación, tal como ha detallado Bruni, giró en torno a “la guerra en Ucrania y el papel de los cristianos y sus pastores en hacer todo lo posible para que prevalezca la paz”.
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Asimismo, Bruni ha explicado que en el encuentro, motivado por Francisco, el Papa ha expresado que, como pastores, ambos tienen la responsabilidad de “indicar un camino hacia la paz”. Además, el Pontífice ha instado a Kirill –abiertamente cercano a Putin– que la Iglesia no debe “hablar el lenguaje de la política, sino el lenguaje de Jesús”.
“Somos pastores de un mismo Pueblo Santo que cree en Dios, en la Santísima Trinidad, en la Santa Madre de Dios: por esto debemos unirnos en el esfuerzo de ayudar a la paz”, ha aseverado Francisco, “para ayudar a los que sufren, para buscar caminos de paz, para apagar el fuego”.
“El que paga siempre es el Pueblo de Dios”
Por otro lado, Bruni detalla que tanto Kirill como Francisco se han mostrado de acuerdo en “la excepcional importancia del proceso de negociación en curso porque”, tal como ha señalado el Papa, “quien paga la cuenta de la guerra es el pueblo, son los soldados rusos y es el pueblo el que es bombardeado y muere”.
“Como pastores”, continuó Francisco, “tenemos el deber de estar cerca y ayudar a todas las personas que sufren la guerra”. “Hubo un tiempo en que también en nuestras Iglesias se hablaba de guerra santa o guerra justa. Hoy no podemos hablar así, sino desarrollar la conciencia cristiana de la importancia de la paz”, ha aseverado.
Ambos han coincidido, por otro lado, en que “las Iglesias están llamadas a contribuir al fortalecimiento de la paz y la justicia”, porque, tal como concluyó Francisco: “Las guerras son siempre injustas, porque el que paga es el pueblo de Dios, nuestro corazón no puede dejar de llorar frente a los niños, las mujeres asesinadas, todas las víctimas de la guerra. La guerra nunca es el camino. El Espíritu que nos une nos pide como pastores ayudar a los pueblos que sufren la guerra”.