A más de 20 días del inicio de la invasión rusa a Ucrania, los obispos de Estados Unidos manifestaron estar unidos con la Santa Sede para pedir el cese inmediato de la agresión armada que “ya ha cobrado un saldo asombroso: miles de muertos y un éxodo de tres millones de refugiados”.
- PODCAST: Ucrania, un pueblo crucificado y en éxodo
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En un comunicado, el Comité Administrativo de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) -encabezado por el presidente de la Conferencia y compuesto por funcionarios de la USCCB- presidentes de los comités permanentes de la USCCB, así como un representante de cada región episcopal de ese país, expresaron su adhesión a la súplica que hizo el Santo Padre el 13 de marzo, cuando dijo: “¡En el nombre de Dios, escuchen el grito de los que sufren y pongan fin a los bombardeos y los ataques!”.
Los obispos de Estados Unidos consideraron que lo que ocurre en Ucrania es una amenaza sin precedentes para la paz mundial, y “esta posibilidad de guerra global se ve agravada por las consecuencias impensables que resultarían del uso potencial de las armas nucleares y otras armas de destrucción masiva”.
Unidos con el pueblo de Ucrania
El episcopado norteamericano hizo un llamado a los católicos de su país y a todas las personas de buena voluntad a orar por el fin de esta guerra en Ucrania y por una paz basada en la justicia y el respeto al derecho internacional. “¡Recordemos siempre que la oración nunca es un débil gesto de último recurso! Es un arma de esperanza”.
Reiteraron su petición al gobierno de los Estados Unidos, a fin de que ayude al acceso humanitario, además de apoyar y brindar asistencia a quienes permanecen en Ucrania y a quienes huyen del país. “Hacemos un llamado a todos los estadounidenses para que contribuyan con generosidad y sacrificio a las agencias humanitarias católicas y de otro tipo que apoyan estos esfuerzos”.
En este momento oscuro –concluyeron- “estamos unidos con el pueblo de Ucrania que sufre. Que Nuestra Señora de Fátima y el santo patrón de Kiev, San Miguel Arcángel, guíen a todos los pueblos en la búsqueda de la paz y cuiden a todos los que están en el camino de la guerra”.
Los obispos han pedido en comunicados anteriores que en este tiempo penitencial de Cuaresma, con Nuestra Señora de Fátima como guía, se continúe orando por la paz, la justicia y la salvación del mundo entero. “Aquellos que sufren en Ucrania y en la región circundante permanecerán cerca de nuestros corazones durante este conflicto”.