Europa

El cardenal Bassetti exige a la Unión Europea un plan para redistribuir a los refugiados ucranianos

El presidente del episcopado italiano advierte que el número de personas que huyen de la guerra “está destinado a aumentar”, principalmente de aquellos “aún más frágiles y pobres”





Los países limítrofes con Ucrania no pueden cargar ellos solos con el peso de los más de 3,3 millones de refugiados que ha provocado ya la invasión ordenada por el presidente ruso, Vladímir Putin. El cardenal Gualtiero Bassetti, arzobispo de Perugia-Città della Pieve y presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), hizo este lunes un llamamiento para que la Unión Europea ponga en marcha “un verdadero plan para redistribuir a los ciudadanos ucranianos entre los distintos Estados miembros”.



En su discurso de apertura del Consejo Permanente del episcopado italiano, que comenzó este lunes en Roma y concluirá mañana, Bassetti pidió el fin de la “matanza inútil” que supone la guerra en Ucrania. Haciéndose eco de las palabras pronunciadas el día anterior por el papa Francisco durante la oración del Ángelus, el purpurado tachó de “inhumano y sacrílego” el conflicto bélico, remarcando que el respeto por “la sacralidad de la vida” viene antes que “cualquier estrategia”.

Quedan por llegar los más frágiles

Al afrontar el drama de los refugiados ucranianos, el presidente de la CEI dejó claro que su número “está destinado a aumentar” siempre que no cesen las hostilidades, principalmente de personas “aún más frágiles y pobres de las que ya han conseguir huir”. Está previsto que varios cientos de refugiados lleguen en los próximos días a Italia por medio de los vuelos humanitarios que parten desde Cracovia. Serán luego acogidos gracias a la iniciativa de Cáritas y necesitarán una asistencia “durante un período que no será breve”, reconoció Bassetti.

Al analizar las consecuencias de la guerra entre la sociedad italiana, el purpurado lamentó la “crisis energética” y “el aumento generalizado de los precios”, lo que está provocando un empobrecimiento de las familias, ya golpeadas por el impacto de la pandemia. Aunque el año pasado se produjo un aumento del PIB del 6,5% en Italia, se mantuvo estable el número de personas en situación de pobreza absoluta, denunció Bassetti, lamentando además que se registrara un mínimo en la cifra de nacimientos.

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