“Las comunidades católicas están llamadas a tender puentes con los recién llegados, promoviendo una auténtica cultura del encuentro”, apunta el documento del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral
La Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede ha publicado este jueves una guía con orientaciones para la Pastoral Migratoria Intercultural, con las que pretende destacar “las oportunidades propuestas” por los actuales fenómenos migratorios desde una perspectiva “intercultural”.
“Las comunidades católicas, cada vez más libres de todo miedo, especialmente de los miedos que se basan en percepciones equivocadas, están llamadas a tender puentes con los recién llegados, promoviendo una auténtica cultura del encuentro”, subraya el documento, en el cual se explica, además, que su objetivo es ayudar “a sus lectores a convertirse realmente en constructores de puentes, deseosos de profundizar su conciencia, a través de la experiencia, de la riqueza que la presencia de migrantes y refugiados aporta a nuestras comunidades”.
Y es que, “considerando cada ocasión de encuentro con los migrantes y los refugiados necesitados como una oportunidad para encontrarse con Jesucristo mismo”, se invita a las comunidades católicas a “comprender y valorar las oportunidades que los migrantes ofrecen para llevar una vida nueva a sus comunidades, y crecer en el aprecio por el otro, celebrando liturgias vibrantes y respetuosas de las diferentes tradiciones culturales”.
Se invita, asimismo, a las comunidades católicas “a ver la presencia de muchos migrantes y refugiados no cristianos o no creyentes, como una oportunidad providencial para cumplir la misión evangelizadora de la Iglesia a través del testimonio y la caridad”. Ya que, haciendo esto, las comunidades “promoverán naturalmente una cooperación eficaz entre todas las instituciones”.
“Gracias a la conciencia de la presencia de los migrantes y refugiados que, por gracia de Dios, está creciendo en las comunidades católicas, la Iglesia seguirá poniendo de relieve la multiplicidad de sus miembros como una riqueza que hay que apreciar, y las aportaciones de los desplazados como una oportunidad para expresar, con mayor firmeza y visibilidad, la catolicidad de nuestra fe”, asevera el Vaticano.
“Para los miembros de la Iglesia católica este llamamiento se traduce en un compromiso por ser cada vez más fieles a su ser católicos”, subraya el documento. “En el encuentro con la diversidad de los extranjeros, de los migrantes, de los refugiados y en el diálogo intercultural que puede surgir, se nos da la oportunidad de crecer como Iglesia, de enriquecernos mutuamente”, añade.