Son pocas las intervenciones de Francisco en las que no pida el cese de la violencia contra el pueblo ucraniano. Tras la consagración de Rusia y Ucrania a la Virgen en la tarde del viernes, esta mañana el Papa ha vuelto a lanzar un grito a favor de la paz: “Rezamos para que esta guerra, vergonzosa para todos nosotros, para toda la humanidad, termine lo antes posible: Es inaceptable, cada día se suma más muertes y destrucción”.
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Con estas palabras, el pontífice se dirigió a la Federación Italiana de Radioaficionados a la que recibió en el aula Pablo VI. Agradeciendo la labor que están realizando para ayudar a los refugiados, la calificó de “fundamental e indispensable”, en tanto que “regenera el tejido humano y social ante una herida tan grave y tan grande como la de la guerra”.
“Hay que ayudar a los refugiados ucranianos, no solo en este momento, sino luego, más adelante, cuando se desvanezca el recuerdo de la guerra, porque en ese momento tendrán más dificultades que ahora”, alentó Francisco.
Independencia y libertad
Al margen del conflicto abierto, subrayó la necesidad de que los radioaficionados, desde su voluntariado, continúen trabajando con libertad e independencia. “Pensamos cómo esto puede volverse decisivo cuando un régimen u otro centro de poder quiere controlar las comunicaciones”, expuso el Papa, que consideró como “indispensable mantener la libertad, para estar verdaderamente al servicio de las personas, del bien común”.