Entrevistas

Luis Arturo Giménez Alamán: “Sentir la realidad con Jesús es el mejor de los regalos”





Como profesional de la docencia, Luis Arturo Giménez Alamán (Teruel, 1983) conoce bien la importancia de la comunicación y el diálogo. Y eso lo traslada al ámbito de la oración con ‘Ocho relatos y una promesa para contemplar a los pies de Jesús’ (PPC), una invitación a dejarse interpelar con los cinco sentidos por la realidad, y releerla –y rezarla– desde el Evangelio.



PREGUNTA.- Ha pasado de escribir relatos para felicitar la Navidad a publicar un manual de oración. ¿Rezar es más fácil si sabemos cómo?

REPUESTA.- La pedagogía o un método concreto de oración puede ayudar, podemos facilitarlo sin perder de vista algunas preguntas: ¿es fácil mantener una conversación con un amigo? ¿Abrirle el corazón y compartir la vida, los sueños, las esperanzas, las oscuridades que se apegan al corazón, los miedos, el amor? ¿Se puede compartir todo, absolutamente todo, con Él? Si creemos en Jesús, vivo, resucitado y caminante al compás de nuestros pasos, se aligeran los miedos o dificultades que podamos encontrar a la hora de rezar.

P.- ¿Ser profesor le ha ayudado a conocer mejor la pedagogía de la oración?

R.- La comunicación es importante en todos los ámbitos de la vida, en la docencia y en nuestras relaciones personales. Poner palabra a lo que se mueve por dentro es capital para el crecimiento personal: psicológico, existencia, espiritual… La comunicación y el diálogo son importantes para “el cara a cara con Jesús”, una herramienta más en esta pedagogía que se va adquiriendo con los años, la práctica y la relación con Él.

Despertar los sentidos

P.- Sugiere acercarse al Evangelio con los sentidos bien despiertos. ¿Cómo se pone el cuerpo al servicio del espíritu?

R.- En el momento cultural que estamos viviendo, se escuchan muchas voces que indican la importancia de estar despiertos, de ser conscientes en nuestros procesos personales, de estar atentos también a nuestros sentidos. Si nos acercamos a las páginas del Evangelio, encontramos a un Jesús altamente consciente y permeable a todo aquel que se encontraba en sus caminos a través de sus sentidos. El Señor de nuestras vidas se deja tocar, acariciar, también Él toca las carnes dolientes de la humanidad, escucha, mira, huele y saborea para empaparse de la realidad. (…)

P.- Jesús consuela con sus palabras, reconforta con su mirada, cura con sus manos… Estas páginas nos invitan a “contemplar a los pies de Jesús”. ¿Por qué justo ahí?

R.- Contemplar la realidad con los cinco sentidos, de manera profunda, es una forma de conocer y de estar en el mundo. Hacerlo con alguien, para nosotros con Jesús, se convierte en el mejor de los regalos; hacerlo a sus pies es otra forma de estar con Él, amándolo, dejándonos amar y dispuestos a hacer lo que Él nos diga.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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