Nobel de la Paz, expresidente polaco y líder de Solidarnosc, el sindicato que con sus multitudinarias huelgas contribuyó a la caída del bloque soviético, Lech Walesa sigue siendo a sus 78 años uno de los hombres más influyentes de su país. Muy preocupado por la invasión rusa de Ucrania, Walesa defiende una mayor inversión en armamento por parte de los países europeos para hacer frente a la amenaza que, a su juicio, supone Moscú.
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“Es justo armarse. Y luego hay que ver si eventualmente debemos pasar de una estrategia defensiva a una agresiva, porque la defensiva ha sido la adoptada por Ucrania”, comentó el expresidente polaco en una entrevista con el canal televisivo italiano Rai 3. Católico practicante, Walesa no tiene problema para mostrar su falta de sintonía en este punto con Jorge Mario Bergoglio, aunque no considera que haya ningún conflicto con el Vaticano por ello. “El Papa ve las cosas de manera distinta, como si el mundo fuera razonable, pero el mundo todavía no es así. El desarme debemos dejarlo para después, cuando hayamos resuelto el problema de Rusia”.
Walesa distinguió entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y la población del gigante euroasiático considerando que la actual situación es fruto de los deseos personales del mandatario: “Me parece que Putin está enfermo y al darse cuenta de que está próximo su fallecimiento tiene miedo de hacerlo solo, así que quiere que haya mucha gente acompañándolo”.
Polonia, el “potencial objetivo sucesivo”
El fundador de Solidarnosc, como tantos de sus compatriotas, teme que la guerra pueda extenderse a su país. “Tenemos frontera con Ucrania y estamos en la línea de tiro”, reconoció, advirtiendo de la necesidad de “vigilar como centinelas” ante lo “imprevisible” que resulta Putin. “Somos el potencial objetivo sucesivo y precisamente por eso querríamos que la guerra se limitara solo a Ucrania”.
En su entrevista con Rai 3, Walesa no escatimó autocríticas al confesar que se arrepiente de haber apoyado en el pasado al presidente húngaro, el ultranacionalista Viktor Orbán, que se niega a entregar armamento a los ucranianos para defenderse de la invasión rusa. “Ha sido uno de mis mayores errores. Me avergüenzo y siento haberle ayudado en el pasado a ganar las elecciones. Recibí de Orbán una condecoración y pienso que la devolveré”, anunció.