El rector Alberto Anguiano asegura que dicho requisito solicitado por la Agencia de la Santa Sede permitirá identificarse como una comunidad educativa interesada en protagonizar una dinámica continua de cambio y de mejora
La Universidad Pontificia de México (UPM) inició su proceso de certificación AVEPRO (Agencia para la Evaluación y Promoción de la Calidad de las Universidades y Facultades eclesiásticas), así lo dio a conocer el rector, presbítero doctor Alberto Anguiano García.
El propósito –explicó el sacerdote– no es simplemente cumplir con este requisito solicitado por la Agencia de la Santa Sede, sino aprovechar esta formalidad “para darnos la oportunidad de identificarnos como una comunidad, interesada en protagonizar una dinámica continua de cambio y de mejora”.
A través del boletín digital de la UPM, el doctor Anguiano hizo hincapié en la coincidencia del inicio de este proceso de certificación con la Pascua; un tiempo litúrgico que “nos invita a orar y contemplar, en la resurrección de Jesucristo, una nueva oportunidad para recrearnos y restaurarnos. Esta renovación ha de comenzar en cada uno de nosotros, de manera interior, pero también ha de proyectarse socialmente”.
En realidad –reflexionó Anguiano- los cambios no son obra de caudillos, sino de un proceso en el que se deben involucrar los distintos actores sociales; “la inercia cultural nos ha habituado a suponer que los cambios ‘deben’ provenir, casi de modo espontáneo y mágico, de quienes juegan un rol de gobierno. Se presume así que la sociedad se divide entre los que demandan el cambio y quienes deben operarlo”.
En este sentido, explicó que si bien en la comunidad de la UPM cada cual tiene su personal y legítimo propósito, académico, docente, profesional, laboral o filantrópico, “dicho objetivo se puede ciertamente enriquecer, si nos proponemos hacer de la experiencia comunitaria nuestra mejor escuela“.
El rector aseguró que conviene a todos: estudiantes, profesores, investigadores, directivos, administrativos, personal de trabajo, obispos y bienhechores, propiciar espacios de encuentro “para conocernos, interactuar y pensar juntos cómo podemos corregir deficiencias, suplir carencias y generar cambios”.
“Será así, como podremos hacer de nuestro pequeño entorno universitario un laboratorio de progreso para el bienestar de nuestra sociedad. Sólo así podremos seguir viviendo otros 40 años y más, para beneficio de la Iglesia, de México, de Latinoamérica y nuestra casa común”, resaltó Anguiano.
Cabe mencionar que el proceso de certificación se inició en un acto realizado el 4 y 5 de abril pasados, donde luego de unas palabras del rector acerca de la importancia del momento, pasó a todos los salones para continuar la motivación e iniciar en cada aula la respuesta a la encuesta que AVEPRO envió para este proceso y que permitirá identificar fortalezas y oportunidades en la universidad, para una mejora en todas las áreas de la vida académica.