México

Los restos del cardenal Javier Lozano Barragán serían trasladados a México





El embajador de México ante la Santa Sede, Alberto Barranco, informó a través de sus redes sociales (no verificadas), que los restos del cardenal Javier Lozano Barragán, quien falleció este miércoles 20 de abril en Roma, Italia, serán trasladados a México.



“Sus restos se trasladan a México para una misa de cuerpo presente en la Basílica de Guadalupe antes de sepultarse en el santuario guadalupano de Zamora. Antes de ello habrá una misa de réquiem en la Basílica de San Pedro, a cuyo responso final acude el papa Francisco, quien fue el vienes santo a despedirlo en su cama de enfermo”.

De igual forma, la corresponsal en Roma de Televisa, la periodista Valentina Alazraki, publicó en su cuenta de Twitter que, por su propia voluntad, el cardenal Javier Lozano Barragán no será incinerado, sino que pidió ser enterrado en Zamora, Michoacán, donde se encuentra su casa y la sede de la fundación dedicada a su madre Lolita.

El embajador Alberto Barranco también describió a quien fuera el mexicano con mayor rango en la Curia Romana, como un hombre “atento a los nuevos tiempos”.

Y destacó: “En su momento fue presidente del Consejo para la Pastoral Sanitaria, en cuyo marco planteó directrices para cimentar la bioética y la integración de teología y sanidad, colocando las bases para poner la ciencia al servicio de la fraternidad. Sus tesis fueron tema de análisis en dos concilios”.

Las reacciones en México

Tras la muerte del cardenal mexicano Javier Lozano Barragán, la Iglesia en México ha expresado sus condolencias a través de diversas instancias.

La Universidad Pontificia de México lamentó su muerte, pues fue él quien presidió en su momento la Comisión Episcopal para la reapertura de dicha universidad: “Elevamos nuestras oraciones por su eterno descanso, agradecidos con Dios por su labor en favor de la Iglesia y de nuestra Universidad Pontificia de México. Descanse en Paz”.

La Diócesis de Zamora, en cuyo seminario el cardenal recibió su formación sacerdotal, también expresó sus condolencias.

Y la Arquidiócesis de México, a través de una esquela, también pidió a Dios que lo premie con el descanso eterno por su “fructífero” servicio a la Iglesia Católica, especialmente por su ministerio como Obispo Auxiliar de esa Iglesia particular, que desempeñó tras ser ordenado el 5 de junio de 1979 en III Vicaría Episcopal de la Arquidiócesis de México “San Felipe de Jesús”, de 1979 a 1984.

Finalmente, la Conferencia del Episcopado Mexicano manifestó sus condolencias a familiares, amigos y fieles que sirvió en vida como su pastor y rogó “a nuestro Señor Jesucristo lo reciba y premie con su Reino, por su generoso servicio y entrega pastoral en bien del pueblo encomendado”.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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