Fray José de Jesús González Hernández tomó posesión de la diócesis que anteriormente era gobernada por Salvador Rangel, quien logró la pacificación de una parte del territorio mediante el diálogo con delincuentes
El nuevo obispo de Chilpancingo-Chilapa, fray José de Jesús González Hernández, cuyo lema episcopal es ‘Apacienta mis ovejas’, adelantó que continuará en la línea del diálogo con los miembros del crimen organizado, con la finalidad de pacificar el estado de Guerrero. Y es que –dijo– es necesario conocer los motivos que los llevan a delinquir o vivir de esa manera.
En rueda de prensa previo a la toma de posesión de la diócesis, este martes 19 de abril, González Hernández aseguró que, como franciscano, es un desafío “ir a hablar con el hermano que mata, extorsiona o roba”.
“¿Por qué mata?, ¿por qué roba o extorsiona? –se preguntó– Si te dicen: ‘es que tengo hambre’, pues a buscar qué comer; o que ‘porque mis derechos son maltratados’, entonces a buscar los derechos y a trabajar…; o ‘porque la única manera de sobrevivir es sembrando hierbitas prohibidas’, pues pensemos en qué les hemos dado para que siembren su propio alimento“.
El nuevo obispo de Chilpancingo-Chilapa, quien antes gobernó pastoralmente la prelatura de Jesús María El Nayar, en el estado de Nayarit, manifestó que llega con la actitud de aprender, a fin de resolver los problemas que aquejan la diócesis.
Por otro lado, señaló que se tiene la intención de conseguir que en los pueblos originarios sean reconocidas las Iglesias autóctonas; “me gustaría que estos pueblos me enseñaran, me adoptaran… voy a trabajar mucho con los obispos y sacerdotes, lo más que pueda, para que un día resurjan las Iglesias autóctonas en México… quisiera que me sientan parte de ellos”.
No obstante, consideró que hacen falta más obispos y sacerdotes originarios; “ojalá tengamos otra actitud para con ellos, que valoremos y aprobemos que son Iglesia, bonita con rostro y corazón propio… les quedamos cortos; ellos ayunan y ayunan de a de veras, rezan de a de veras y aunque sean pobres, se comprometen”.
Antes de tomar posesión de la diócesis, José de Jesús González caminó casi una hora para recorrer las calles de la ciudad, acompañado de música y danzas del pueblo, así como del ahora obispo emérito Salvador Rangel, laicos y religiosos.
También fue recibido en un acto público de bienvenida en una explanada, por parte de la presidenta municipal de Chilpancingo, Norma Hernández, quien le explicó: “como gobernantes transitamos en construir puentes de paz para mantener la armonía, la concordia y la prosperidad… cuente usted con este puente de gobierno que representa su servidora”.
Finalmente se dirigió a la catedral de Chilpancingo, donde se llevó a cabo la ceremonia litúrgica de toma de posesión de la diócesis, en presencia de Roberto Lucchini, delegado de la Nunciatura Apostólica; el arzobispo de Acapulco, Leopoldo González; el cardenal Felipe Arizmendi, obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, y el obispo de Cuernavaca, Ramón Castro, secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano, entre otros.