“Para cuidar de alguien, vendar su herida, tenemos que haberla visto”, ha señalado en la 51ª Semana Nacional de Vida Consagrada organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa
¿Cuál es la esencia del cuidado?. A partir de esta pregunta ha partido Marta López, de la Universidad Pontificia Comillas, en su reflexión durante la conferencia ‘Una lectura cristiana de la ética del cuidado. Aplicación a la vida consagrada’, que ha ofrecido hoy en la 51ª Semana Nacional de Vida Consagrada organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa.
En este sentido, la enfermera ha advertido algo que puede suceder en las comunidades religiosas: que el cuidado se de únicamente a quienes llegan sus atenciones a través del carisma y las misiones. Por ello, ha hecho un llamamiento a mirar ‘ad intra’ de las comunidades. “¿Cómo soy con los hermanos de las comunidades? ¿soy fuente de ternura y de mirada atenta? ¿O lo derramo todo fuera? A veces esta dicotomía nos puede ocurrir”, ha señalado.
Asimismo, López ha reivindicado los cuidados partiendo de las escrituras. En especial, del Buen Samaritano. “Hay dos versículos en la que dice que ‘le cuidó y mandó a que lo cuidaran’. Los biblistas se suelen centrar, al abordar esta parábola, en el amor, la compasión… pero se suelen saltar la palabra cuidado. El cuidar se presenta como una forma efectiva de amar”, ha afirmado.
Además, ha señalado que “para cuidar de alguien, vendar su herida, tenemos que haberla visto. Y para verla nos la tiene que haber mostrado”. Y ha invitado a una reflexión: “¿Se nos permite mostrar las heridas de nuestra vida, de nuestra fe?”.
Y es que, a veces, “la frialdad, la poca necesidad de dependencia de nuestros hermanos, puede afectar gravemente a nuestras relaciones”. “Nos convertimos en operadores de carencia”, ha añadido, preguntándose si “¿realmente me preocupa y me ocupa lo que le sucede a mi hermano?”.
“Prójimo es aquel a quien decidimos emprender el camino de acercarnos”, ha aseverado, recordando que, en las comunidades religiosas, “podemos vivir habitación con habitación y no estar cerca”.
Por otro lado, López ha apuntado que “el cuidado tiene que ver con no perder la esperanza cuando algo se ha estropeado”. Y es que, “ahora con la pandemia estamos todos muy tocados, nos hemos estropeado un poco. No perdamos la perspectiva de no preocuparnos, al hablar del cuidado, de nuestra propia fragilidad”.
Por último, ha querido puntualizar que “dirigir la mirada de forma atenta al otro se ha convertido en un gran esfuerzo hoy”, y, sin embargo, “no hay cuidado sin mirada como no hay amor sin una preocupación activa por el otro”.