El religioso dominico ilumina la tercera jornada de la 51ª Semana Nacional de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa
“Dios no se ha manifestado en los libros de los teólogos -y yo me dedico a ello-, sino en nuestra biografía”. Con esta provocadora afirmación, el dominico Ricardo de Luis Carballada se dirigía esta mañana a los participantes de la 51ª Semana Nacional de Vida Consagrada, organizada por el Instituto Teológico de Vida Religiosa.
En el marco de estas jornadas centradas en las relaciones, el delegado de la Pastoral Universitaria de Salamanca se centró en reflexionar sobre la relación el paso del tiempo. “El lugar donde Dios se manifiesta es en el peregrinar histórico de su pueblo”, expresó, desde el convencimiento de que el consagrado no sigue “al Dios santuario, sino al Dios peregrino que camina con su pueblo”.
A partir de ahí, explicó a los religiosos presentes que “el proceso de transformación vital” no se da en el activismo, sino “en la soledad de la meditación, de la oración y del estudio”. “Las ideas, el compromiso y el desarrollo de una espiritualidad no caen del cielo. Las cosas nunca caen del cielo, son fruto de un proceso inspirado por Dios pero que exige mucho trabajo interior”, añadió.
En este sentido, también les animó a “desterrar todo resquicio de egoísmo y complacencia” en un “proceso de purificación en el amor”. “Las cosas imprescindibles caben en un bolso, ni siquiera en una mochila”, expuso sobre la necesidad de una mayor sencillez, de ahondar en esa vida oculta de Jesús.
Con la vista puesta en el envejecimiento y en las comunidades religiosas de mayores, señaló que se trata de una etapa de “autentificación” y de sabiduría: “Siempre se puede contribuir al Reino de Dios de alguna manera desde la condición en la que uno esté”.
“Lo que nos hace felices es tener la conciencia tranquila por haber aportado algo en la transformación cristiana de este mundo, mantener unas relaciones armónicas y de fraternidad con los demás desde la misericordia y sentir la profundidad de Dios”, aseveró. Además, comentó que “en el cristiano, la relación con el tiempo siempre está con la eternidad”.