Pierbattista Pizzaballa es desde octubre de 2020 el patriarca latino de Jerusalén. Tras varios años como administrador apostólico, el papa Francisco confiaba esa Iglesia al franciscano italiano en medio de la pandemia del Covid; enfermedad que el propio arzobispo padeció, pero de la que se recuperó sin mayores problemas. Desde su oficina en el patriarcado de la Ciudad Vieja, el religioso responde a las preguntas de Vida Nueva sobre la actual situación tras poder volver a recibir peregrinos.
PREGUNTA.- Esta Semana Santa se ha recuperado el color de las calles. ¿Se echaba ya de menos a los peregrinos?
RESPUESTA.- Es cierto que los Santos Lugares sin peregrinos se pueden ver muy bien, pero también están muertos sin ellos. Están hechos para acoger a los peregrinos. Además, siendo pragmáticos, la falta de peregrinos lo que ha traído ha sido la pobreza a miles de familias cristianas. Animo a todos los cristianos a venir a Tierra Santa, pues es una experiencia de fe muy importante, y también una muestra de solidaridad para con los cristianos locales. No tengamos miedo, el Señor nos animó a no temer, y Él está con nosotros.
P.- ¿Está en peligro, por la falta de ingresos económicos, la supervivencia de la Iglesia en Tierra Santa?
R.- La Iglesia en Tierra Santa sobrevivirá. No estamos muriendo. Cuenta con la gracia de Dios, así que no cabe el pánico ni la desesperanza. Hemos vivido un momento de gran dificultad, pero hemos buscado nuevas formas para sostenernos.
P.- ¿Y los cristianos seguirán durante muchos años en el hogar de Jesús?
R.- Hay que tener en cuenta que Tierra Santa no es un único país. En Israel, por ejemplo, el número permanece estable. A lo mejor porcentualmente parece que disminuye, pero es porque los musulmanes tienen más hijos. En Palestina, sin embargo, el número sí que ha disminuido debido a la migración por la situación política.