La situación política del Perú sigue tensa, por ello, los obispos han instado a los integrantes del Gobierno a asumir “su responsabilidad para la cual han sido elegidos”.
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“La democracia en este momento crítico no puede ser reflejo del enfrentamiento entre Poderes del Estado ni de posiciones intransigentes que contribuyan a una mayor inestabilidad”, apuntaron.
Los prelados han descrito el crudo panorama que desde 2016 viene viviendo la nación suramericana: “Hemos tenido tres Congresos y cinco Presidentes de la República” y “a esta crisis política se sumó la crisis sanitaria causada por la Covid-19”.
Deponer egoísmos
Por ello, la Conferencia de Obispos “conocedora de la realidad que viven los peruanos en todos los rincones del país, hace un llamado urgente a sus líderes políticos para que asuman con mayor responsabilidad la actual coyuntura”.
En este sentido deben deponer egoísmos; consensuar las reformas políticas que sean necesarias para sacar adelante el país; y, establecer medidas radicales contra la corrupción.
“El poder debe estar al servicio del pueblo y no al servicio de sus representantes o de aquellos que se arrogan esta condición, más allá de lo que establece nuestro ordenamiento jurídico y social”, acotaron.
Gobernar para todos
Por ahora, han recordado al presidente Pedro Castillo que se debe a todos los peruanos por igual “no a un grupo, no a intereses subalternos y menos a cuotas político-partidarias, que solo resquebrajan nuestra débil institucionalidad”.
Por tanto, “su misión es trabajar por el bienestar general del pueblo peruano. Luego de nueve meses del inicio de la actual gestión y cuatro gabinetes de ministros, la ausencia de liderazgo y de un horizonte socio-político y económico resultan muy preocupantes y exigen una inmediata solución”.
“Nuestra débil democracia no soporta más la inestabilidad. Es imprescindible que tanto el Poder Ejecutivo como el Poder Legislativo, convoquen a personas idóneas e intachables en las diversas instituciones del Estado”, han expresado.
Si bien “la comunidad política y la Iglesia son independientes y autónomas, la grave crisis que vive el país nos obliga a exhortar a la clase política y a la sociedad civil a buscar y promover un diálogo democrático, transparente y honesto, con el objetivo de lograr un auténtico consenso”.