El cardenal salesiano Cristóbal López, arzobispo de Rabat, ha compartido en Barcelona su visión de futuro eclesial. Para el purpurado “la Iglesia en España funcionará mejor cuando haya 10.000 sacerdotes menos; si no, los cristianos laicos no tomarán la responsabilidad que les corresponde”. La reducción del número de fieles es un “signo” que hay que interpretar “positivamente”, asegura.
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Tras participar Tribuna Joan Carrera, destacó que “en Europa, en España y más todavía en Catalunya, a los cristianos les falta vivir la fe con alegría, la alegría del Evangelio”, señala en una entrevista en Ara. Para el cardenal “el problema sería que nos convirtiéramos en sal que ha perdido el gusto o luz que ya no ilumina a nadie, que no fuéramos auténticos. Ojalá hubiera más sacerdotes, pero los laicos tienen que tomar conciencia de que no son clientes de la Iglesia, que son otros Cristos para el bautismo y vivir esto con alegría. En Europa, y especialmente en Catalunya, falta esta alegría”.
Santa y pecadora
“Gracias a Marruecos he descubierto que la Iglesia está al servicio del reino de Dios, que nuestro objetivo no es la Iglesia, la Iglesia es el medio, el objetivo es el reino. Jesús no vino a fundar una Iglesia, vino a anunciar el reino de Dios y a ponerlo en marcha, y creó la Iglesia, con los apóstoles, al servicio de este reino”, destaca. “Somos los que somos y la Iglesia es santa y es pecadora, es santa y es prostituta, yo mismo lo soy y tengo que recordarme que yo no trabajo para la Iglesia, yo trabajo en la Iglesia al servicio del reino de Dios, que significa paz, justicia, libertad, vida, verdad y amor”, destaca.
Reflexionando sobre la migración, apunta que los jóvenes marroquíes “tienen futuro económico, Marruecos tiene muchos menos parados y más crecimiento económico que España, pero incluso los jóvenes que tienen posibilidades profesionales quieren marcharse, porque está el factor psicológico. Una parte de Marruecos vive todavía en la pobreza e incluso a los que están bien económicamente les falta esperanza, sobre todo cuando se comparan con Europa”. El cruce del Estrecho, añade, “es un drama porque hay muertos y heridos, físicos y psicológicos. Cada vez nos encontramos con más casos psiquiátricos de adolescentes que han perdido la cabeza, que tienen tendencias suicidas por todas las malas experiencias que han vivido en este recorrido. Están obsesionados”, lamenta. “La actitud de Europa de cerrarse en sí misma y protegerse no es ni humana ni cristiana”, añade.