El nuncio en España, Bernardito Auza no dedicó esta mañana ni una sola palabra a la crisis de los abusos sexuales en el seno de la Iglesia española, pero tampoco respaldó el plan antiabusos del Episcopado, con la auditoría externa de Cremades&Calvo Sotelo al frente.
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En la intervención más extensa de cuantas ha pronunciado ante la Asamblea Plenaria en los dos años y medio de su misión en nuestro país, el diplomático filipino olvidó mencionar esta problemática. Un silencio que contrasta con la detallada información ofrecida en la sala previamente por el presidente de los obispos españoles, el cardenal Juan José Omella.
Guerra de Ucrania
El embajador vaticano sí abordó otras cuestiones sociales y políticas tanto de España como del ámbito internacional y se detuvo en algunos asuntos vinculados con la agenda prevista para las sesiones de la Plenaria de esta semana.
Así, condenó la guerra de Ucrania y aplaudió “la solidaridad humana” mostrada por la Iglesia española frente a la “inaceptable agresión armada”. “Por desgracia la situación parece empeorar y la realidad humanitaria es trágica”, añadió. De la misma manera, trajo a la Plenaria la situación de dificultad de crisis que viven los cristianos en Tierra Santa.
Apoyo a Cáritas
Uniéndose a las felicitaciones por los 75 años de Cáritas Española, el nuncio desveló que el Papa Francisco recibirá a la cúpula de la plataforma social de la Iglesia. Además, hizo memoria de su entrega que pudo constatar en primera persona tras el terremoto de Haití donde estaba destinado como nuncio.
Auza se detuvo en el camino de sinodalidad emprendido por la Iglesia universal, así como en la nueva constitución apostólica ‘Praedicate Evangelium’ para apreciar quer “el objetivo más profundo de la reforma de la Curia romana está en la evangelización”. Prueba de ello es que el propio Papa será quien presida el nuevo ‘súper Dicasterio’ de Evangelización.
En su discurso, también hubo una mención para reconocer el trabajo de los profesores de la asignatura de Religión, pero también para los matrimonios cristianos. También aplaudió la defensa que los obispos españoles están llevando a cabo sobre la “objeción de conciencia” considerado “un derecho humano fundamental”.