Han sido muchos los fieles que se han congregado desde la noche de ayer para rendir un último tributo al cardenal
“El cardenal Amigo deja huérfanas a varias generaciones de sevillanos que han reconocido a este franciscano de Medina de Rioseco como pastor y referente en la fe“. Así puede leerse en un comunicado del Arzobispado de Sevilla, en el que se relata la gran acogida que ha tenido la capilla ardiente del arzobispo emérito Carlos Amigo, fallecido el pasado miércoles a causa de una insuficiencia cardiaca.
Han sido muchos los fieles que se han congregado desde la noche de ayer para rendir un último tributo al cardenal, cuyos restos mortales llegaron al Arzobispado de Sevilla a las siete de la tarde. Mientras el arzobispo, monseñor Saiz Meneses, oficiaba en la capilla del Palacio Arzobispal una misa para los familiares y miembros de la curia diocesana, los fieles comenzaron a formar una fila que rodeaba el Arzobispado.
Entre los que allí se convocaban, procedentes tanto de la capital hispalense como de diócesis vecinas, había personalidades políticas, fieles laicos jóvenes y ancianos, familias, hermandades, congregaciones religiosas, sacerdotes… Todos con el único fin de despedirse de Carlos Amigo.
Ejemplo de ello han sido también los canónigos del Cabildo Metropolitano de Sevilla, quienes participaron la mañana de este viernes de la oración de la liturgia de difuntos ante el féretro del cardenal.
La capilla ardiente se instauraba este jueves en el arzobispado de Sevilla. El féretro permanecerá allí hasta el sábado, cuando, a las 11:30 horas se celebrará la misa exequial en el Altar del Jubileo de la Catedral. El féretro será trasladado desde la capilla ardiente hasta el templo, donde, después de la misa, se procederá a la inhumación de sus restos en la Capilla de San Pablo de la Catedral.