Las religiosas recuerdan que “solo la paz, el perdón y la justicia son formas de comunión”

La UISG daba comienzo ayer a su XXII Asamblea Plenaria recordando el sufrimiento provocado por la guerra de Ucrania

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“Vamos a sostener y sentir por un momento este abrazo abierto y crear intencionalmente un espacio interminable de encuentro”. Con estas palabras daba comienzo Jolanta Kafka, presidenta de la UISG, a las más de 700 religiosas que participan desde ayer en la XXII Asamblea plenaria de la institución, que se celebra en Roma bajo el lema ‘Abrazar la vulnerabilidad en el camino sinodal’.



“Damos la bienvenida a todas las hermanas, toda la vida religiosa, la Iglesia y toda la vulnerabilidad del mundo“, decía Kafka en su discurso de apertura, en el que no ha podido dejar de reconocer “a nuestros hermanos y hermanas que sufren”.

“De manera especial”, añadía, “abrazamos a nuestras hermanas en Ucrania y en Rusia, que sufren el horror de la guerra, de la vergüenza. Estamos con ellas y en todos los lugares de conflicto”. Del mismo modo, ha recordado que la vida religiosa cree “que solo la paz, el perdón y la justicia son formas de comunión”.

De las 714 superioras generales registradas para asistir al evento, 516 de ellas lo han hecho en modo presencial, en Roma, mientras que el resto sigue las jornadas de forma on line. En ellas, han tenido cabida no solo hermanas que han compartido su experiencia, sino también distintos expertos que han participado con conferencias en torno a cómo ‘abrazar la vulnerabilidad’.

Una Iglesia sinodal

“Primero, el impacto del Covid-19 en la salud y el bienestar y, ahora, la guerra mortífera en Ucrania, han cambiado nuestro centro y han creado nuevos horizontes de vulnerabilidades, diferentes tanto en el mundo como en la vida religiosa”, decía Patricia Murray, Secretaria Ejecutiva de la UISG. Pero, junto a estos horizontes difíciles, “existen nuevas formas de proceder como la ayuda mutua, la colaboración y la asociación se han convertido en claves dentro de nuestras congregaciones e instituciones”.

“Si queremos tomar el control de la realidad como una Iglesia con una forma sinodal de ser y actuar, no podemos dejar de incluir a todos y reconocer las heridas”, ha dicho la española Nurya Martínez-Gayol Fernández, de las Siervas del Corazón de Jesús. “Si queremos abrazar nuestra vulnerabilidad, no debemos olvidar que es vulnerable, y las heridas tienden a estar protegidas por la cercanía de la mente y la violencia y la agresión”, ha añadido.

Por su parte, Anne Folola ha señalado que “aunque muchas de ustedes no estarán de acuerdo conmigo”, la realidad es que “estamos viviendo una nueva primavera de misión, pues muchas de nuestras congregaciones van disminuyendo en número, mientras aumentan los miembros de edad avanzada. Pero recuerden, ¡yo estoy escribiendo desde una perspectiva africana!”.

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