“Tenemos que optar si queremos sociedades despiadadas que lleva a competir a todos contra todos o sociedades compasivas”. Este es el desafío que planteó esta tarde el secretario general de Comisiones Obreras, Unai Sordo, durante la presentación del libro ‘Ahora más que nunca. El compromiso cristiano en el mundo del trabajo’, una edición de Teresa García y Abraham Canales publicada en el marco de la celebración del 75 aniversario de la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC).
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En la sede madrileña de la plataforma eclesial, Sordo denunció que “las políticas económicas de las últimas décadas han sido terriblemente performativas” y destacó que “no se puede desligar la creación de la conciencia con las condiciones materiales de vida”.
Recuperar la militancia
Para Sordo, resulta esencial “recuperar la militancia frente a la desvertebración social”. Desde ahí, aplaudió la labor de la HOAC, reafirmando “una historia compartida” entre Comisiones Obreras y la plataforma católica entendida como “una historia de militancia”.
Junto al secretario general del sindicato, en el acto participaron también la presidenta de la HOAC, Maru Megina, así como el secretario general de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello.
Experiencias de cercanía
El portavoz de los obispos aplaudió la labor de la HOAC de su compromiso en “la toma de conciencia de ser hijos y hermanos”. “Para que esto se transformar en planes y compromiso de militancia, es necesario cultivar experiencias de cercanía al sufrimiento causado por situaciones injustas, por la forma concreta de organizarse los sistemas económicos”, expuso el Argüello, que planteó en paralelo el cultivo de “la experiencia de esperanza, no hueca, sino desde un hecho, Jesucristo”. “La fraternidad para nosotros no es un valor, sino un hecho, el hecho de ser hijos de un mismo Padre”, añadió.
“La mística del capitalismo dominante ha reducido la persona a individuo”, alertó sobre el contexto socioeconómico actual y el “progresismo cultural” que hace entender que determinadas “formas autosuficiencia e independiente que dicen garantizar el acceso a la libertad, a la felicidad y a la alegría”.
Alianzas y vínculos
“Nosotros creemos en los vínculos y en la alianza. Por eso, la HOAC es una hermandad”, suscribió el también obispo auxiliar de Valladolid. “Para la vida militante, es importante el cultivo de la espiritualidad. El militante crece en pobreza, humildad y sacrificio”, añadió, desde el convencimiento que “el compromiso se sitúa en el plan revolucionario del Reino de Dios!”.
Por su parte, la presidenta de HOAC, Maru Megina, subrayó cómo el Papa insiste en “el cuidado de la dignidad de la persona, de la cultura de la solidaridad”, así como el desafío de “seguir tejiendo historias de encarnación y abrazos”.
Como moderadora del coloquio, Teresa García Gómez subrayó que “nuestro mundo necesita comprender el trabajo desde esa sagrada concepción de la dignidad de la persona”. Para ello, valoró que “los compromisos deben ser globales cultivando la amistad y la fraternidad, buscando intereses comunes, espacios de militancia donde podamos unirnos Iglesia y movimientos”. “En esta economía globalizada no podemos olvidar a aquellos trabajadores más empobrecidos”, apostilló.
