La Fiscalía de Manresa ha abierto una investigación a Teresa Forcades por un presunto delito contra la salud pública, según avanza El País citando fuentes judiciales. El Ministerio Público tiene ahora que comprobar si la religiosa y doctora ha recetado sustancias ilegales a personas con cáncer y otras enfermedades graves, y si la toma de esos productos les hizo abandonar tratamientos convencionales validados por la ciencia, tal y como ha denunciado el Colegio de Médicos de Barcelona.
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La benedictina, doctora en Medicina por la Universidad de Barcelona, ha negado “categóricamente” los hechos y asegura que no ha “infringido ninguna norma deontológica”, como recoge el citado diario. Asimismo, Forcades ha asegurado que no ha recibido “ninguna denuncia ni comunicación” de la Fiscalía. Al mismo tiempo, ha señalado que emprenderá acciones judiciales contra quien la vincule con “informaciones falsas”.
“Desde 2018, el Colegio Oficial de Médicos de Barcelona está intentando de manera activa y constante coartar mi libertad de expresión sin ninguna base ni evidencia científica”, sostiene la monja al periódico de PRISA.
Seis meses para comprobar si hay delito
En enero de este año, el Colegio de Médicos de Barcelona alertó a la Fiscalía de “hechos que podían ser constitutivos de delito en el marco del ejercicio profesional y la práctica asistencial de la doctora”. En concreto, el fiscal de Manresa –partido judicial al que pertenece el monasterio de Sant Benet de Montserrat, donde reside Forcades–, se ha hecho cargo del caso y tiene a los Mossos d’Esquadra investigando. Y tiene seis meses para decidir si ve indicios de un delito contra la salud pública y presenta una querella ante el juez o archiva el caso.
Forcades ya defendió en 2018 –año en que volvió al convento tras tres años de activismo político– el miracle mineral solution (MMS), una solución de clorito de sodio al que algunos gurús, como el agricultor Josep Pàmies, atribuyen propiedades curativas contra la malaria, el ébola, el cáncer o el autismo. La monja ha mostrado su apoyo a Pàmies en más de una ocasión argumentando que el MMS es seguro para el consumo humano y que puede tener efectos terapéuticos. No obstante, se trata de un producto prohibido para el consumo humano por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.