El sacerdote y fundador de la plataforma ‘Amigos del Desierto’, Pablo D’Ors ha invitado hoy a los docentes de la asignatura de Religión “deconstruir a Jesús”, convencido de que “el Evangelio no llega hoy porque lo hemos domesticado”. El escritor y colaborador de Vida Nueva fue el responsable de impartir la ponencia marco del I Encuentro Iberoamericano de Profesores de Religión organizado por Siena Educación y que se celebra desde hoy en Madrid.
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“Una institución tan cuestionada y cuestionable como la Iglesia católica tiene que reflexionar sobre la estampida de fieles”, dijo al iniciar su intervención, invitando a la par a buscar “algo nuevo que oriente nuestras clases de Religión de forma diferente, atractiva y profunda”.
“No podemos pasar por alto la estampida de fieles”, advirtió. Pero lejos de ofrecer una mirada catastrofista del hecho religioso, apuntó que “el cristianismo no está en declive, sino naciendo, en génesis permanente”.
“Los católicos no agotamos el acontecimiento Cristo”, sentenció D’Ors que invitó a los participantes en el foro a buscar “distintos sabores” en torno al hijo de Dios, poniendo la mirada en la cultura oriental.
Deconstruir a Jesús
En este sentido, planteó la necesidad de que “no nos agarremos a lo que ya sabemos de Jesús, porque puede operar en nosotros como un obstáculo que nos paralice”. Es por ello que pidió a los profesores a “deconstruir a Jesús y mirarle con ojos nuevos”.
“Jesús fue un ciudadano letrado, un hombre culto, no fue un artesano analfabeto”, defendió, a la vez que detalló que el “Jesús histórico no fue sacerdote, sino que mantuvo distancia con los rituales de su tiempo, tampoco era profeta. Jesús era más bien un maestro, hablaba en el lenguaje de los relatos”. “Decimos que faltan maestros, pero creo más bien nos faltan discípulos, la actitud de discípulos”, añadió, para
A partir de ahí, sentenció que “Cristo es el paradigma del autoconocimiento de Occidente”. “Nadie en la historia de la humanidad ha tenido capacidad de decir yo como lo ha dicho Jesús de Nazaret: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”.
Con estas premisas, el escritor planteó que “el Reino de Dios no tiene que ver nada que ver con un logro sociopolítico, sino con una nueva manera de ser y de estar en el mundo, una consciencia unitaria y unitiva de la que Jesús habla constantemente en sus palabras”.