Hasta 680 iniciativas nuevas puso en marcha la Iglesia para responder a la crisis del coronavirus que irrumpió en marzo de 2020. Así se recoge en la Memoria de Actividades de la Iglesia que se presentó esta mañana en la sede de la Conferencia Episcopal, que explicita que más de 4 millones de personas fueron atendidas en sus centros asistenciales.
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De estos proyectos covid, 359 se centraron en el campo asistencial, 175 se focalizaron en el ámbito pastoral y de acompañamiento, 57 abordaron formación educativa, mientras que 89 fueron específicos del ámbito sanitario, que incluyeron desde la cesión de espacios con fines médicos, la compra de material sanitario y la asistencia 24 horas de capellanes hospitalarios.
Insólito y difícil
“Fue un año insólito y difícil para todos”, reconoció la directora de la Oficina de Transparencia del Episcopado, Esther Martín, que defendió que “la Iglesia ha estado ahí, de una forma callada y en la sombra, haciéndose visible con su labor social multiplicada en la pandemia”.
En paralelo con estas propuestas de nuevo cuño, la Iglesia continuó atendiendo en sus 9.222 centros a 4 millones de personas. De ellas, 2,8 millones de personas acudieron 8.426 centros puramente asistenciales para mitigar la pobreza, mientras que 1,2 millones son beneficiarios de los 976 centros socio-sanitarios para ancianos, enfermos crónicos, personas con discapacidad. En total, se trata de 246.000 usuarios más que el año anterior, reflejo del efecto en el bolsillo de los ciudadanos de la emergencia sanitaria.
Dar el doble de lo recibido
Solo en actividad asistencial, la Iglesia devuelve a la sociedad el doble de lo que recibe, tal y como suscribe la auditoría de PwC que refrenda esta memoria. Y en materia educativa, los 2.419 centros concertados católicos suponen un ahorro al Estado de 3.895 millones de euros, a la vez que educa a 1,5 millones de alumnos.
La Memoria también recoge que la asignación tributaria supone un 23% de los ingresos que recibe la Iglesia, con los datos definitivos recibidos de Moncloa. Este respaldo a través del IRPF se traduce en 297,68 millones de euros y configura el segundo mayor importe recibido desde que se configuró el actual sistema de asignación tributaria.
Dar gracias
El secretario general del Episcopado, Luis Argüello, agradeció todos los ingresos recibidos, tanto de los particulares como de las administraciones públicas, sea para el patrimonio o para los conciertos educativos. “Nos parece obligado dar gracias por las aportaciones económicas, pero también de tiempo”, expuso, deteniéndose en la entrega de sacerdotes, religiosos, laicos y demás voluntarios eclesiales. En datos, se corresponde con 41 millones de horas dedicadas a la actividad pastoral.
El informe anual elaborado por el Episcopado también recoge un descenso significativo de la actividad celebrativa en el año del confinamiento que Argüello vinculó directamente al cierre de los templos “en temporada alta celebraciones, como la Semana Santa, la primera comunión, las bodas y las confirmaciones”.
“No solo estuvimos cerrados varios meses, sino que se abrió con grandes limitaciones de aforo y con el legítimo miedo a la asistencia”, añadió, a la vez que admitió que, en paralelo, “hay una disminución en la serie histórica que también tiene que ver con la secularización”.