La superiora general de las Adoratrices de la Sangre de Cristo, Nadia Coppa, se ha convertido en la nueva presidenta de la Unión Internacional de Superioras Generales. La elección se llevó a cabo en el ámbito de la XXII Asamblea Plenaria de la organización, que reunió presencialmente y online, a cerca de 700 superioras de todo el mundo.
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La nueva presidenta mostró su alegría y quiso dejar clara su línea de actuación: el servicio a los vulnerables, ser un signo de esperanza: “Para mí es una gran alegría acoger esta llamada. Estoy muy agradecida por el camino que, como Superioras, hemos hecho juntas en estos años. Y es en la estela de los pasos ya dados que seguiremos caminando juntas como mujeres consagradas, para ser, en la Iglesia, un signo de esperanza y de vida compartida“.
Por ello, “Nuestra misión es hacer que la vulnerabilidad se convierta en una oportunidad para abrazar la humanidad herida, para acogernos unos a otros y para caminar juntos: esto es lo que la Iglesia nos pide y lo que el mundo desea ver de nosotras, las religiosas.”
Signo de esperanza
Participaron cerca de 700 Superioras Generales de más de 70 países: unos 520 de forma presencial y el resto por Internet. Se realizaron más de 10 ponencias y se promovió el intercambio a través de mesas y grupos de trabajo online, para profundizar en las cuestiones y retos reales que viven las religiosas en estos momentos; aceptando la vulnerabilidad con el estilo sinodal, al que estamos llamados como Iglesia.
Uno de los momentos más importantes fue el compromiso final, pronunciado por todas las hermanas en la tarde del viernes 6 de mayo: “Me comprometo a vivir la sinodalidad vulnerable a través de mi servicio como superiora, en mi comunidad junto al pueblo de Dios“.