La Audiencia Provincial de Murcia ha condenado a 7 años y 9 meses de prisión y 5 de libertad vigilada –así como una orden de alejamiento de 500 metros durante 5 años y una indemnización de 30.000 euros – a un sacerdote por abusar de forma continuada de un menos de edad de su parroquia. Tras la sentencia, la diócesis de Cartagena ha mostrado su total rechazo y enérgica repulsa por esos hechos. Desde la Iglesia local han trasladado su cercanía a la familia y la víctima y recuerdan que el obispado ofrece acompañamiento en estas situaciones a través de la Delegación Episcopal para la Protección del Menor y de los Adultos Vulnerables.
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Abusos continuados
Mientras que el párroco sigue suspendido a la espera de que se desarrolle completamente el proceso canónico, el tribunal murciano ha dictado sentencia. En ella se recoge, según publica la agencia Efe, que los primeros abusos fueron en forma de caricias, besos y tocamientos a lo largo de los 7 años en los que el sacerdote fue párroco de la población donde vivía el menos. Si bien, estos abusos continuaron tras el traslado del presbítero.
La sentencia recoge que el sacerdote se sirvió de la relación de amistad que mantenía con la víctima y sus padres. Incluso, destaca, el párroco contaba con un dormitorio en el domicilio en el domicilio familiar. De ahí que los abusos siguieran desde el nuevo destino del párroco. Además, el menor ha tenido problemas con su rendimiento académico y otras consecuencias psicológicas. La sentencia no es firme, ya que el condenado puede recurrir al Tribunal Superior de Justicia de la Región de Murcia.
