El próximo santo ejerció una influencia importante en la espiritualidad de su fundador, Kiko Argüello
El Camino Neocatecumenal ha expresado su “alegría” por la próxima canonización de Carlos de Foucauld el domingo 15 de mayo. En un escrito, han recordado la importancia de la espiritualidad del todavía beato en Kiko Argüello, fundador del Camino.
Para Kiko, “en un momento de profunda crisis existencial”, fue providencial la visita, de la mano del padre Aguilar, un teólogo dominico, a los Pequeños Hermanos de Carlos de Foucauld en el desierto de los Monegros. Con ellos, Kiko leyó la vida del próximo santo, quedando “fascinado” por el descubrimiento de la vida oculta de Jesús y de la familia de Nazaret.
“Tras escuchar un discurso de Juan XXIII, quedé convencido de que la renovación de la Iglesia vendría por los pobres”. Por ello, dejó una prometedora carrera de pintor y con una biblia y una guitarra marchó a las barracas de Palomeras siguiendo las huellas de Foucauld.
“No fui allí para enseñar a leer y escribir a aquella gente, ni para hacer asistencia social y ni siquiera para predicar el Evangelio. Me fui allí para ponerme al lado de Jesucristo. Charles De Foucauld me había dado la fórmula para vivir en medio de los pobres como un pobre, silenciosamente. Este hombre supo vivir una presencia silenciosa de testimonio entre los pobres. Tenía como ideal la vida oculta que Jesús vivió treinta años en Nazaret, sin decir nada, en medio de los hombres. Ésta era la espiritualidad de Charles de Foucauld: vivir en silencio entre los pobres. Foucauld me dio la fórmula para realizar mi ideal monástico: vivir como pobre entre los pobres, compartiendo su casa, su trabajo y su vida, sin pedir nada a nadie y sin hacer ninguna cosa especial. Jamás pensé montar una escuela o un dispensario o algo por el estilo. Sólo quería estar entre ellos compartiendo su realidad”.
Este momento será constitutivo y esencial para el anuncio del kerygma, que acompaña toda la evangelización del Camino: Dios nos ama y sale a nuestro encuentro, hasta a lo más profundo de nuestro ser pecadores, de nuestro ser “últimos”, para salvarnos. En esta intuición de Charles de Foucauld, que Kiko hace suya, tiene su fundamento su experiencia de Jesucristo y de su misión.
Además, a través del Camino Neocatecumenal se ha cumplido uno de los sueños de Foucauld: comprar un terreno en el Monte de las Bienaventuranzas, porque sentía de Dios que allí tenía que haber una capilla con la presencia constante de la Santa Eucaristía, día y noche.
Esta utopía se concretó durante la octava de la Pascua de 2008, cuando en el Centro Internacional Domus Galilaeae, situado en la parte superior del Monte, durante una convivencia con cardenales y obispos de Europa –con la presencia de los rectores de los seminarios Redemptoris Mater y de los equipos itinerantes del Camino Neocatecumenal, de religiosos y responsables de movimientos y de las autoridades civiles–, el Patriarca Latino de Jerusalén, Mons. Michel Sabbah, acompañado por otros obispos de varios ritos, y del Custodio de Tierra Santa, bendijo e inauguró la capilla en el centro del Seminario Misionero Redemptoris Mater de Tierra Santa, abierto a los diferentes ritos orientales. Sobre el techo se colocó el conjunto escultórico realizado por Kiko Argüello, que representa a Jesús y a los doce apóstoles durante la proclamación del Sermón de la Montaña.